El año pasado, como ya sabes, no pudimos disfrutar demasiado de la Navidad en casa. Entre el diagnóstico y operación de Erik, el cólico que le dio a Alberto el día de Noche Vieja, mi suegra con gripazo para la misma fecha, y mi abuela que estaba en el hospital... no estábamos ni de humor, ni con el cuerpo para muchos farolillos.
Obviamente celebramos todos los días y hubo regalos. Pero papá y yo no pudimos disfrutar apenas de todo ello.
Así que este año ha tocado paz y tranquilidad, y por lo tanto, poder disfrutar mucho más de estas fiestas!
Como yo estoy sin trabajo, he podido pasar más tiempo en casa, organizando mejor todos los preparativos previos, y pudiendo disfrutar más la compañía de los pequeños.
Así pues, pudimos disfrutar poniendo el árbol a principios de mes, "armando" el Belén de Playmobil (con el que Helia juega cada día), recibiendo y alimentando al Tió, viendo pelis en familia, y ahora disfrutando de nuestros regalos.
Los peques poniendo el árbol de Navidad |