6 mar 2020

La oscuridad real no es como la de las películas.

Todo está oscuro a mi alrededor, realmente oscuro.... y estoy sola. 

La oscuridad real no es como la de las películas. En las películas, aunque estés perdido en medio del bosque, siempre hay una especie de "claridad" que rodea a la protagonista y hace que pueda ver a donde se dirige. Pero en la vida real, la oscuridad es oscura, oscura de verdad. Y no, no se ve... nada.

Podría estar ante un barranco y no me daría cuenta hasta que me precipitase por él... podría...

Tal vez lo más inteligente sería quedarme quieta, en un rincón... y esperar. Pero... esperar a qué? Y para qué?


La oscuridad me da miedo... siempre me ha dado miedo. De pequeña dormía con la puerta de mi habitación abierta, porque así la luz del comedor entraba en ella... y yo me dormía placidamente. Cuando despertaba ya era de día, y no había nada que temer. Ahora, suelo encender un pequeño televisor en mi habitación... no para verlo...sino para que su tenue luz me acompañe hasta quedarme dormida... siempre con luz... Lo programo y a la hora se apaga, cuando yo ya estoy reunida con Morfeo... y al despertar, la luz ya entra por las rendijas de esa persiana que siempre dejo algo entreabierta. 

No quiero quedarme quieta... y no sé donde estoy. Hace mucho que camino en esta noche eterna. Aquí ya nunca sale el sol... ya nunca brilla.... hace tiempo... Casi no recuerdo lo que era...

Y al fondo, de repente, entre la nada, surge una luz...tenue... me paraliza... Por un momento dudo. No sé si debería huir o dirigirme hacía ella. Pero llevo tanto tiempo a oscuras, que decido seguir avanzando.

Poco a poco voy distinguiendo las formas, la silueta de una casa, sutilmente iluminada. Todo está en silencio a mi alrededor, y yo sigo avanzando... hasta llegar a la puerta. Y de nuevo las dudas, el miedo... Miro atrás, oscuridad total. Clavo mi mirada en la puerta, y dirijo mi mano hacia el picaporte... Dudo...

De repente, muevo la mano con firmeza y abro la puerta. En el interior de la casa, sentados alrededor de una mesa, están ellos, clavando su mirada en mí. Les observo y uno a uno les voy reconociendo a todos. Amigos, familia... personas de las que llevo huyendo demasiado tiempo... Siento un escalofrío recorriéndome, y él cierra la puerta tras de mí, causándome un ligero sobresalto.

Temo su reacción, temo su rechazo, temo sus reproches. Tienen tanto derecho a ello. Pero me fijo atentamente y en sus rostros no hay nada de eso... sólo encuentro alivio y preocupación.

- Hace mucho que te esperábamos... sufríamos por ti...
- Lo siento. Me perdí. Fuera está muy oscuro....muy oscuro... .- mientras hablo clavo mi mirada en el suelo, y retuerzo mis manos.
- Lo entendemos. Fuera siempre está muy oscuro, tú ya lo sabes. Te hemos estado buscando... durante mucho tiempo. Te hemos visto, ahí fuera, vagando sola en la oscuridad... Te llamábamos y tratábamos de hacerte señales...
- No os oí...
- Alguna vez pasamos tan cerca de ti... te tendimos la mano para sujetarte mientras te llamábamos...pero no hiciste caso...
- Ya os lo he dicho! No os vi! No os oí! ¿Me lo estáis hechando en cara?

Ella se acerca y y con sus manos sujeta las mías, envolviéndolas. Siento su calor....

- Para nada. Sólo queríamos que supieras que no estabas sola. Que estabamos ahí, contigo... pero tú parecías tan centrada en tus pensamientos, en tus miedos, que no podías vernos. 

Su mirada inspira tanta ternura... tanta calma. Las lágrimas resbalan por mis mejillas....

- Sólo tenías que levantar tu vista del suelo... y decir esa palabra mágica que tan bien conoces...

Sus dedos secan dulcemente mis lágrimas, que no cesan...

- AYUDA. Tan sólo una palabra. Eso lo habría hecho todo más sencillo... de habernos buscado tu también nos hubieras visto...

La miro al tiempo que asiento y susurro.... Ayuda...

Ella me acompaña para que tome asiento junto al resto... todos sonríen abiertamente. Se sienten alegres por ver que estoy bien... por haberme recuperado...

Yo también sonrío. Sienta bien estar en agradable compañía, sienta bien disfrutar de tanta luz...

De reojo miro por la ventana y veo la oscuridad, acechando, fuera... y en lo más hondo de mi ser, sé que en cuanto salga de esa casa yo me volveré a perder.... sola... en la oscuridad...

La oscuridad real no es como la de las películas, la oscuridad es oscura, oscura de verdad.





12 comentarios:

  1. La soledad y la oscuridad van de la mano y sin lo focos que hay en las películas, y lo que es peor, siempre que pasamos por una fase de oscuridad tendemos a adentrarnos en ella alejándonos de las manos y las luces... Suerte que la familia cercana y los amigos (los buenos, los únicos) están siempre allí.

    Muy buen relato...

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    1. Has entendido el relato a la perfección. Y es que a veces no vemos lo que tenemos delante y no somos capaces de aceptar la ayuda que tratan de darnos.
      Gracias por tu comentario.
      Un abrazo

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Muy impresionante esa oscuridad. Un beso

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    1. La oscuridad siempre me ha impresionado.
      Un abrazo

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  3. Vellos de punta!! Me has dejado sin palabras y con una sensación de opresión en el pecho al ir leyendo... la oscuridad real puede ser muy, muy oscura, pero hay que saber buscar (o esperar) a ese rayo de luz que nos guie para salir de ella.

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    1. Siento habértelo hecho pasar mal por un ratito. Y si...siempre hay un rayo de luz, aún en la noche más oscura.
      Abrazos fuertes

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  4. Uffff me encantó!! Brava!!!!

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    1. Me alegro mucho de que te haya gustado.
      Gracias 😍

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