La semana pasada, te comentaba que empezaba una nueva época de cambios en mi vida y que me tocaba luchar de nuevo para encontrar nuevas rutinas y seguir tratando de conciliar.
Pese a que casi cada año cambio de trabajo y me toca reajustarlo todo, y ciertamente estoy acostumbrada a ello... he de admitirte que últimamente me da bastante pereza y miedo el tener que "volver a comenzar".
Pero en ello ando, con sus cosas buenas.... y sus cosas.... no tan buenas!
Esta primera semana ha pasado volando, tratando de adaptarme a las nuevas dinámicas y formas de hacer de mi nueva empresa.
La verdad es que las compañeras (casi todas son chicas) son muy majas todas, e incluso me he reencontrado con antiguas compañeras a las que no veía de hace años! Así que por esa parte, me lo van poniendo fácil.
Lo que peor llevo es el viaje en transporte público, ya que al ferrocarril he de sumarle ahora el metro... y hacía años que no lo cogía! Y ahora... con la mascarilla... me agobio muchísimo en los andenes bajo tierra y en los pasillos de los trasbordos. Pero bueno, imagino que poco a poco me haré a ello.
Por suerte estamos combinando teletrabajo con presencialidad, y eso me permite trabajar algunos días desde casa... y librarme del "suplicio".
Aunque el largo viaje en transporte público también tiene su lado bueno. He vuelto a coger mi e-book y vuelvo a ser una lectora activa! Recuperar el hábito de la lectura me hace enormemente feliz. Y eso... compensa el agobio.
Una cosa buena de mi nuevo trabajo es que sigo teniendo la tarde los miércoles libre! Eso quiere decir que puedo mantener mis salidas con Erik por la montaña a solas. Esto era algo muy importante para mi, ya que es nuestro pequeño momento madre e hijo, solos, en la montaña, haciendo ejercicio, y disfrutando de la naturaleza.
En esos paseos se crean muchos momentos de complicidad en los que él comparte muchas cosas conmigo. Y mientras él quiera seguir saliendo conmigo, y mis horarios y el clima lo permitan.... seguiremos!
Otra cosa buena es que también tengo libres las tardes de lunes y viernes, y puedo seguir disfrutando de la familia también esos días. Lo único malo, es que si quiero recoger a los peques del cole, he de ir directa desde la oficina.... y eso implica que no pueda comer, ya que no me da tiempo. Antaño solía comer en el ferrocarril cuando esto me pasaba. Pero ahora, con las normativas sanitarias y las mascarillas eso es imposible.
Para no desfallecer me estoy llevando un bocadillito... y me lo como delante de la pantalla, mientras trabajo, los últimos 20 minutos. Pero claro...esta semana pasada me tocó comer de bocadillo tres días a la semana.... y no es lo mejor del mundo.
A la larga tendré que renunciar y llevarme algo de comida al trabajo, para comer cuando plegue. Y luego ir ya para casa y que a los peques los recoja papi. Porque ir a casa directa y comer allí tampoco es buen plan... ya que me darían las cuatro sin comer....
Pero bueno, poco a poco. De momento esta semana sólo he de ir un día a la oficina, así que el resto de días.... podré comer de plato.
Lo peor del nuevo horario, es que me toca trabajar las tardes de martes y jueves, y ya no puedo llevar a la peque a rítmica. Siempre acabo muy justa de hora... y no me da tiempo de acompañarla. Pero por suerte, de momento, si puedo ir a buscarla... y así al menos seguimos teniendo ese ratito, de camino a casa, para hablar un poco de nuestras cosas.
Adaptarse a un nuevo trabajo, con las normativas actuales, de distanciamiento, teletrabajo y demás... no es fácil. Pero creo que en breve podré estar ya dedicada a mis tareas y a pleno rendimiento!
Y así ando ya, metida en una nueva etapa hasta julio del año que viene! Todo un curso escolar para lograr tirar adelante viejas rutinas e incorporar algunas nuevas!
Creo que te apañas bastante bien. Un beso
ResponderEliminarEso intento Susana! Eso intento. Un abrazo
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