Tiempo de desconexión

Las vacaciones en principio son ese tiempo de desconexión del trabajo y de disfrute personal, donde el tiempo dedicado al ocio, familia y amigos supera lo habitual.

Y estas vacaciones están siendo más que nunca... un tiempo real de desconexión. 

Los últimos años, las vacaciones habían sido simplemente días de no ir a trabajar, pero no había conseguido ni desconectar realmente de mi trabajo... ni relajarme... ni apenas disfrutar.

Tal vez se deba a que no me habían dejado escoger fechas... no me habían dejado escoger duración... y en diversas ocasiones, por nuestra situación familiar y para poder conciliar no había podido coincidir con mi marido más que una semana o dos.

Y que me pasa cuando sólo dispones de una semana o dos para estar con los tuyos? Pues que me estreso y me tenso. Porque quiero aprovechar los días, el tiempo... hacer "grandes cosas", divertirnos, ir a sitios nuevos... y al final... cuando hay un día "no aprovechado" ya sea por mal tiempo o por lo que sea... me pongo muy triste y de muy mal humor. Siento que estoy perdiendo mis vacaciones!!!

Este año... para poder conciliar y ahorrar en casales solicité dos semanas en julio y dos semanas en agosto. Y... me las denegaron. No podía disponer de vacaciones en el mes de julio por temas de organización laboral. Así que... al final... me tuve que coger 4 semanas seguiditas entre agosto y septiembre.

Al principio... lo viví mal. De nuevo me quedaba sin elegir mi turno, y encima, me tocaba pagar dos semanas de casal que no entraban en mi presupuesto. Pero en el fondo, iban a ser dos semanas que iba a pasar con mis hijos a solas, mientras mi marido trabajaba.... luego coincidíamos una en agosto y la última volvía a estar yo sola con los niños. Sólo hubiéramos coincidido una semana los cuatro.

Así que, lo que al principio me pareció una fatalidad... ha resultado ser una bendición, porque coincido 3 semanas seguidas con toda mi familia... y la última sí que estaré sola con los peques... pero sólo será una semanita.

Y eso ha hecho que por primera vez, al eliminar la presión temporal... esté más relajada y disfrutando mucho más. Si un día "no hacemos nada" no pasa nada! Porque sé que nos quedan muchos por delante! 

No estoy pensando nada en el trabajo, ni en tareas... ni nada... porque tengo la sensación de que me quedan muchos días para volver!!!

Así que es una desconexión real, que me permite disfrutar mi tiempo de ocio mucho más y de un modo más pleno.

Por el momento nos hemos centrado más que nunca en relajarnos, y nos hemos impuesto la norma de no madrugar. No existen los despertadores! Otros años había que levantarse temprano... para aprovechar el poco tiempo que teníamos de estar juntos!!!  Este año... NO.

No se madruga, y eso nos ha llevado a otro punto: hemos roto los horarios. Nos levantamos tarde, desayunamos tarde, comemos tarde, nos acostamos tarde... No hay normas. Improvisamos sobre la marcha. Esto me cuesta bastante... porque soy un poco rígida con el tema de las horas. Pero con la ayuda de mi marido lo estoy logrando, cuando le digo...son las dos del medio día... él me recuerda que hemos desayunado a las diez y media... y pienso que lleva razón y podemos aguantar más sin comer.  Desconectar del reloj y disfrutar de las cosas conforme vamos haciendo es el objetivo.

Hacemos excursiones y salidas que no conlleven más de una hora de desplazamiento en coche, para que no importe el hecho de no madrugar. Si se hace tarde improvisamos y comemos algo en el lugar donde estamos... o nos volvemos a casa y al no estar lejos normalmente a las tres ya estamos comiendo.

Y a la hora acostarse, lo mismo. No hay pautas ni límites. Los peques se van a la cama sobre las nueve y media o diez... pero entonces se ponen a leer cuentos o a jugar... y no les regaño ni les digo nada. Si les dan las doce jugando... pues no pasa nada! Bastante estrictos somos con eso el resto del año. 

Y aunque haya momentos de tensión... en los que las pequeñas discusiones de los peques, o el hecho de tener que repetir mil veces el eterno "no toques eso", o "no te alejes", o "no te separes".... acaba con mi paciencia y hace que me tense... son momentos puntuales que no consiguen empañar las vacaciones.

Es tiempo de desconexión para mí por primera vez en mucho tiempo... y me gusta!