6 feb 2017

Cosas de niños? Dónde está el límite?

A menudo escuchamos en boca de conocidos, amigos, familiares, maestros... la mítica frase: eso son cosas de niños.

Pero... yo a veces me pregunto: ¿Dónde está él límite? ¿Dónde acaban las cosas de niños y empieza... algo distinto? Llamémosle violencia infantil, conductas disruptivas, o simplemente comportamientos que ya no resultan aceptables y justificables.

Creo que el límite en sí es difícil de poner... y que tal vez las cosas que yo no considero "de niños",  para ti aún entren dentro de ese concepto... y viceversa.

A raíz de una conversación que he mantenido hoy con varias madres, he estado reflexionando sobre el tema y quería compartir con vosotros mi breve experiencia en ello.


Mi hijo empezó el colegio como la mayoría de los niños... feliz y contento. Hizo amigos rápidamente, y además tuvo la suerte de coincidir con 3 niñ@s más con los que había ido a la guardería.

Todo fue muy bien a lo largo de P3, pero en P4, algo se empezó a torcer. Empezó a salir algo triste del colegio, y nos comentó que uno de sus amigos le había dicho que no quería jugar con él.

A mí, esto me parece una cosa de lo más normal! No todos tenemos porque ser amigos de todos. Y puede pasar, perfectamente, que un niño con el que yo quiero jugar... no quiera jugar conmigo. Y es normal y totalmente respetable!

Yo insté a mi hijo a jugar con otros niños. Será por niños! Y a que su juego no dependiera únicamente de un niño u otro. Situaciones como esta las va a encontrar a lo largo de su vida. Imaginad cuando se enamore de una chica, y esta no se enamoré de él! Esto no es más que un "entrenamiento" para el mundo adulto.

 La situación persistió, y él siguió viviéndolo mal. Lo íbamos trabajando en casa... pero no lo superaba. Entonces empezó a contarnos que ese niño, no sólo no quería jugar con él... sino que le llamaba tonto. En fin... tonto! O sea... llamadme poco alarmista... pero yo ahí lo continué considerando algo total y absolutamente normal! Yo no quiero jugar contigo... tu insistes en "pegarte" a mí como una lapa porque quieres jugar conmigo... y al final te insulto.

Seguimos trabajando en la misma línea y seguimos viendo como nuestro hijo no lograba superar la situación. Sin darnos cuenta nos plantamos en P5, y aunque al principio del curso todo iba bien de repente volvió a surgir el tema. Pero ahora ya no era sólo aquel niño... ahora ya eran dos los que no querían jugar con él y le llamaban tonto.

Yo le animaba a jugar con otros niños, pero le costaba encontrar niños afines a él.... que quisieran jugar a sus mismos juegos.

Debo confesar que empecé a preocuparme. Entristece mucho que tu hijo venga con estas situaciones a casa. Y aunque tratamos de darle recursos para superarlo, y seguí considerando que la situación era algo normal... empecé a verme superada por el tema... por mi incapacidad de solucionarlo.

Cuando un buen día al yo decirle a mi hijo que no pasaba nada si esos dos niños no querían jugar con él... que había muchos otros en la clase, él me respondió que esos niños disuadían a los otros de jugar con él.... Ahí vi claramente que estábamos a punto de cruzar la barrera. Que eso empezaban a dejar de ser cosas de niños. Esos niños no sólo no jugaban con él... sino que le decían a otros niños que tampoco le hicieran.

Fuimos a hablar con la maestra pero no sirvió. Ella negó que esas situaciones se estuvieran dando, cosa que nos dejó descolocados del todo. O mi hijo nos mentía en casa y la situación no era "tan dramática", o la maestra vivía ajena a todo.

Por suerte el curso acabó y llegaron las vacaciones, cosa que nos permitía poner tierra de por medio y seguir trabajando con nuestro pequeño.

En verano mi hijo ya empezó a verbalizar que no quería ir al colegio, que no tenía amigos y que no quería volver. Sus compañeros de clase vinieron en julio a su fiesta de cumpleaños, y estuvieron jugando con él, sin que viéramos nada raro. Volvimos a clase en septiembre, con la esperanza de que todo hubiera quedado atrás... pero no fue así.

A los pocos días de empezar curso, mi hijo empezó a decir que aquellos dos niños y otro más (por lo visto cada año sumamos uno al grupito) le daban patadas en piernas y testículos cuando hacían fila para bajar al patio o cambiar de aula.

Esto claramente NO eran cosas de niños. Esto ya había atravesado el límite de lo que se podía permitir. Hablé con las tres madres "implicadas" y tuve la grandísima suerte de que me escuchasen y sobretodo de que una de ellas actuase.

De forma paralela pedimos cita con la tutora, y en esta ocasión, ella sí que le dio la razón a nuestro hijo: ella había visto algunas conductas que no le gustaban hacía él y lo estaba trabajando en clase. Había iniciado un proyecto basado en el trabajo de las emociones y había empezado a trabajar con nuestro hijo para que él fuera capaz de verbalizar aquello que le estaba sucediendo a sus compañeros. Con el resto del aula, trabajaba el rechazo hacía este tipo de conductas, la empatía y el respeto por los compañeros.

Uno de los niños le reconoció a su madre que había actuado de modo incorrecto con el nuestro. Lo "sorprendente" es que él consideraba que mi hijo era su amigo... y se sorprendió de que su conducta le hubiese dañado. Es la "magia" de la mente infantil. A veces no somos conscientes del daño que causamos al de al lado, porque hay otros que se ríen y lo aprueban.

Mi hijo es un niño muy cerrado, que no suele quejarse cuando algo le molesta. Él baja la cabeza y por decirlo de algún modo, aguanta el chapuzón. Esto hacía que en la guardería cuando le mordían, no le soltasen rápido... pues no lloraba... y en el colegio ha hecho que algunos compañeros no hayan sido conscientes de su sufrimiento, y no le hayan ayudado.

Gracias al buen trabajo de su maestra de este año, y la labor de una de las madres implicadas con su hijo, mi pequeño ha vuelto ha ir contento a clase, y se ha vuelto a convertir en un niño participativo que interactúa cada vez más con maestros y compañeros.

Por nuestra parte le apuntamos a hacer atletismo en un municipio cercano, donde no conocía a ninguno de los niños con los que hacía la actividad, y esto le ha ayudado a aprender a relacionarse mejor con otros niños, y a ganar autoestima y seguridad en sí mismo.

Eran cosas de niños? Lo empezaron siendo... pero llegó un momento... en el que sin saber como... lo dejaron de ser.





8 comentarios:

  1. Gracias por compartir una experiencia tan dura.
    En casa pensamos lo mismo, por muy " de niños" que pueda paracer todo comportamiento que implique humillar, insultar, pegar, a otro hay que cortarlo. Efectivamente en su medida. No puedo pedirle a un niño de 5 que lo entienda como uno de 14 pero sí dejarle claro que eao está mal.
    En clase del mayor (va a 3 de infantil) el año pasado mi marido en el parque vio como él junto con otroa niños se reían de otro. De los 10 niños implicados sólo se llevaron bronca el mío y otro, el resto comentaron que era cosas de niños. Igual fuimos muy exagerados pero incluso pedimos tutoría con la profesora y le pedimos porfavor wue si detectaba que nuestro hijo se reía de ese niño o de otro que nos llamara porque no lo íbamos a consentir. A día de hoy no sólo no se ríe sino que además le protege. No es su amigo pero sí sabe que no puede dehar a los demás que lo hagan.
    No creo que mis hijos sean niños modelo, tendrán muchas cosas como todos, pero si en algo les insistimos su padre y yo es que ni pueden iniciar una burla ni pueden seguirla, que es aún peor.
    Pienso como tú que no hay que exagerar y que todo en su justa medida, pero también hay que dejarles claro por muy pequeños que sean eso no está bien.
    Gracias!!!

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    1. Totalmente de acuerdo contigo. Las conductas que humillen o hagan sufrir a otro niño no deben permitirse. No creo que vosotros fuerais exagerados, cortasteis de raíz un comportamiento con el que no estabais de acuerdo y conseguisteis que vuestro hijo adoptara una actitud más noble.
      Ningún niño es perfecto, y todos en un momento dado pueden mostrar conductas de este tipo. Lo que hay que evitar es que las repitan y se conviertan en su "modus operandi".
      Un abrazo y muchas gracias por tu comentario!

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  2. Bullying?. El mio empieza este año y me da cosa q se junte o q le toquen en clase niños o niñas "espabilados" y el mio se acobarde. No se como reaccionara porque el es muy bueno y cariñoso. No se

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    1. Yo no le llamaría bullyng... puesto que no considero que hubiera una intencionalidad real por parte de los otros niños de causar sufrimiento y dolor al mío. Simplemente veían que ciertas conductas eran divertidas para otros y las repetían... sin tener en cuenta que no todos se estaban divirtiendo.
      Respecto a tu hijo... no tiene porque encontrarse con este tipo de situación. Mi hija está en P4 en la misma escuela que su hermano y no ha tenido jamás un conflicto.
      Un abrazo

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  3. Si es que parece que me lees el pensamiento, por eso me encanta tu blog! Bb Javi va y vuelve muy contento pero justo hace una semana fui por él a la guarde y mientras charlaba con la profesora, él se fue a jugar al patio, a los 5 min vuelve en un mar de lagrimas pero de esas como asustado, entre lloros y suspiros que se me apachurro el corazón, del llanto que tenía no podía hablar y decirme que le pasaba, se acercó otra mami y me dijo que intentó entrar en la casita de juguete y dos peques lo empujaron!! Bueno no sé si es el instinto materno pero se encendió un fuego en mi, cual leona dispuesta a irme a la yugular!! Obvio no hice nada, abrace a mi pequeño y lo lleve hacia la casita, le pregunte a los peques si lo dejaban jugar con ellos y curiosamente me dijeron que si, igual que al verme dijeron "ostia" Jajajajaja pero bueno, camino a casa le dije a mi hijo que era libre de jugar donde quisiera y que si algo así volvía a suceder que simplemente de fuera a otro juego y si le pegaban que se lo contara a su profe. La profesora me dice que observa que Javier al ser el mayor de mis hijos y no haber ido a guardería y convivir en su mayoría con adultos aún no se percata de que no todos los niños son como él, que sabe jugar y no pera, ahora sabe que hay niños más bala por decirlo de alguna forma y que corren y empujan. En fin tu pregunta es cierta, cual es el límite? Yo creo que si la situación ya afecta a tu hijo en su vida diaria y modifica su estado de ánimo es el mayor dato de alarma. Gracias Guapa por compartir

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    1. Estamos sincronizadas!
      Yo no daría importancia al "incidente de la caseta" de BBJavi, porque creo que su profesora lleva razón. Él ha estado en un entorno en el que no tenía "rivales" que le quisieran quitar los juguetes o monopolizaran algunos de ellos,y ahora estas situaciones le descolocan y le hacen sufrir. Imagino que necesita adaptarse a ello. Aunque me temo que va a ser duro, para él y para ti, que tampoco estás acostumbrada a verle así.
      Los otros niños también están aprendiendo a compartir y a algunos parece costarles más que a otros.
      Si es un hecho aislado, no le daría importancia. Cosa distinta es que siempre tenga "conflicto" con los mismos niños. Ahí sí que podría empezar a haber un tema más complejo.
      Respecto a lo del límite de lo permitido o aceptable y lo que no... creo que los indicadores que comentas son muy acertados: si afecta al estado de ánimo, autoestima o carácter del niño y le lleva a cambiar su rutina diaria... es que algo va por mal camino.
      Un fuerte abrazo y gracias por compartir tu experiencia!

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  4. Qué suerte como me alegro por ti y que la madre colabore. Se hace muy difícil, y es como digo, los padres de los niños mayores también lloramos....que tiempos en los que con mecerlos y cantarles se acababan sus males....se pasa fatal cuando ves lo que pasa y no sabes cómo ayudarles. Con mi hija que va a P5 me pasa algo parecido. Son 11 en clase y solo 3 niñas. Pues ella es la tercera, vamos que las otras dos se han unido y pasan de la mía. Procuro no darle importancia, porque hoy piensan así y mañana asa, pero hoy hemos ido a un cumple y cuando ha llegado mi hija, una de las otras niñas le ha empezado a hacer la burla. He conseguido pasar. Luego ha empezado a darle pataditss. La he apartado. Finalmente le ha quitado un zapato y se lo ha tirado. Cuando me acercado porque mi hija se ha puesto a llorar ha aparecido mi hijo le ha dado el zapato a su hermana y ha mirado a la niña con una cara desafiante total. La niña ha ido a su madre a chivarse de que mi hijo le quería pegar...y sabes que ha hecho la madre? Darle una colleja a su hija porque estaba viendo la escena igual que yo. Lo que más miedo me da es que no sé hasta dónde son cosas de niños y hasta donde no.....sólo he atinado a consolar a mi hija...,mañana hablaré con esta madre....

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    1. Siento leerte, la verdad. Son experiencias tan desagradables. En nuestro tres niños implicados... y sólo conseguimos que una madre colaborase de manera activa. Bueno... y la maestra!
      Puede que lo de tu hija no sea nada, pero si te preocupa y ves que ella ya lleva un tiempo pasándolo mal, te animo sin duda a hablar con esa madre y con la profesora (para ver si dentro de aula esas dinámicas también se producen y saber si ya está tomando cartas en el asunto). Creo que tienes mucho a tu favor, dada la respuesta que tuvo la madre... otra hubiera pasado o hubiera exigido que regañases a tu hijo. Y esta madre, al menos parece consciente de que su hija no siempre es un "angelito".
      Espero tengas suerte y se resuelva rápido.
      Ya hablamos! Un fuerte abrazo!!!

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