Perdidos en Llagunes

Como habrás notado he estado bastante ausente últimamente, tanto en las redes sociales, como en el blog. El motivo... no es otro que haber estado una semana disfrutando de las vacaciones familiares!

Este año, con todo el tema del Coronavirus no teníamos nada claro si marcharnos unos días fuera, o quedarnos en casa y disfrutar de excursiones y saliditas de un día. Al final, tras dar muchas vueltas decidimos reservar y repetir el destino vacacional del año pasado: Llagunes. 

Lo mejor de las vacaciones... perderse en la naturaleza

Nunca antes habíamos repetido destino... pero en esta ocasión, repetimos tanto el pueblo al que fuimos, como el alojamiento del año anterior: Lo Pallé de Cal Bosch.

Lo Pallé de Cal Bosch, nuestro apartamento y una zona del patio

¿Por qué decidimos este año repetir destino? Pues por varios motivos que te comento:

• El año pasado quedamos encantados con nuestro destino vacacional! Nos encantó Llagunes y Lo Pallé de Cal Bosch, así que no nos importaba repetir.
• Se trata de un destino muy tranquilo. Si algo buscábamos este año era huir de las aglomeraciones. No me apetecía nada estar en un hotel abarrotado de huéspedes, o en una ciudad donde tuviéramos que ir esquivando gente a cada paso. Buscábamos retiro y paz, y sabíamos que en Llagunes lo íbamos a encontrar de sobras.
• Nos daba mucha confianza. La propietaria de Lo Pallé de Cal Bosch, Maribel, es una persona encantadora, atenta y responsable. Sabíamos que se iba a tomar muy en serio el tema del COVID y que su alojamiento iba a cumplir con toda la normativa. Y la verdad... no nos equivocamos!!! El alojamiento estaba impecable, se habían retirado cojines y objetos decorativos, se habían puesto fundas en mandos a distancia y sofás para garantizar su higiene... y entre huésped y huésped Maribel dejaba un mínimo de 24 horas, para ventilar bien la casa y poderse asegurar de tener tiempo de limpiar todo bien a fondo. También había instalado un lavaplatos, para poder lavar "a fondo" toda la vajilla y "matar" cualquier germen. 
• Nos quedaron muchas excursiones por hacer. Como te comenté el año pasado, del propio pueblo salían muchos senderos y rutas.... y obviamente no nos dio tiempo a hacerlas todas! Así que, repetir destino no iba a hacer de nuestras vacaciones una copia de las anteriores. 
• Queríamos que los peques disfrutaran de aire libre y libertad. Tras el confinamiento y con el futuro incierto que nos espera, queríamos que al menos durante unos días pudieran disfrutar de la naturaleza y el aire libre. Y sabíamos que allí podríamos hacerlo.
• Saber a donde íbamos y lo que nos encontraríamos nos daba seguridad. En un momento en el que todo es incierto, esto era un plus importante.

Así que un poco por todo esto repetimos destino, aunque esta vez aumentamos tiempo de estancia. El año pasado fuimos 4 noches, y ya te comenté que se nos hizo muy corto. Así que esta vez reservamos 7 noches, y ha resultado genial!

De excursión, en plena naturaleza

No te negaré que no nos hubiéramos quedado gustoso algún día más... pero también teníamos ganas de volver y de saber que en casa todo estaba bien.

Hemos aprovechado el tiempo al máximo. Cada día hemos realizado una excursión por la montaña, de un mínimo de tres horitas. El hecho de que los peques tengan un año más se ha notado mucho. Su resistencia es cada vez mayor, y las excursiones han podido hacerse más largas. 

Hemos realizado excursiones por senderos, pistas forestales, caminos boscosos... hemos pasado por ríos, subido montañas, disfrutado de amplias praderas, visitado pueblos... Un poco de todo!

Paseando por Vilamur, desde Llagunes es fácil llegar a pie

Además, una vez salíamos del pueblo y cogíamos "camino" nos podíamos quitar la mascarilla, porque no nos cruzábamos absolutamente con nadie. Eso sí, en cuanto llegábamos a un pueblo, sacábamos las mascarillas del bolsillo y nos las colocábamos de nuevo.

Y es que en todos los pueblos por los que fuimos pasando, por pequeños que fueran, todo el mundo que andaba por la calle lo hacía con mascarilla. Así que, aunque no nos cruzásemos con  nadie, como cuando fuimos a Soriguera, nada más pisar pueblo nos las poníamos. 

Disfrutar de andar perdidos en la montaña durante 3 o 4 horas sin llevar mascarilla...ha sido muy liberador. 

La Cabana del Pastor, mira que si hay alguien dentro...

El día más "agobiante" fue el que dedicamos a ir a pasear a Rialp y a Sort, para dar un descanso a los pequeños y que se recuperasen un poco de tanta caminata (hacíamos cerca de 10 kilómetros diarios). Allí obviamente la mascarilla era totalmente indispensable, y para colmo ambos pueblos eran un hervidero de gente. No en vano son de los pocos pueblos de la zona que cuentan con supermercados y comercios.

Pero bueno, sólo fue un día de "reconexión" entre el resto de desconexión total.

Por lo demás, dormir con pijama de manga larga, tapaditos, y sin sudar apenas durante el día... es un placer indescriptible. Parece mentira que a unas tres horas de casa, el clima sea tan distinto.

La manga larga no puede faltar! 

Cuando nos fuimos, mis hijos en el coche ya iban haciendo sus planes para cuando volvamos el año que viene!!! Y es que cuando se está tan a gusto en un sitio... dan pocas ganas de cambiar, ¿no?

¿Y tú? ¿Cómo han sido tus vacaciones de este año?