14 dic 2020

El corazón encogido

 Así lo tengo ahora mismo... encogido... chiquito, escondido en un rincón.

Esta tarde toca médico con Erik, y le llevaremos los resultados de su última prueba...esos resultados en los que el radiólogo afirma ver a nuestro "amigo" el colesteatoma apareciendo de nuevo.

Esta tarde tocará enfrentarse a la realidad, la que hay, la que sea, sin más.

Y es que desde que leímos el informe del radiólogo.... he tratado de no darle muchas vueltas al tema, de no pensar demasiado, de no hablarlo con nadie... de no mirar al problema a la cara.

Como cuando eres niño y te ocultas tras un delgado tronco de árbol y crees que si tu no ves al compañero que te anda buscando... él no te verá a ti.

Yo me oculto de la verdad que los resultados parecen comunicar. Y digo parecen... porque no lo he aceptado ni asumido todavía.

Hasta que esta tarde el médico no se siente frente a nosotros y nos diga lo que hay... no lo pienso aceptar. Una pequeña parte de mi se aferra a la esperanza... a que el médico no lo vea claro... a que haya otra posibilidad, otra explicación a lo que la imagen muestra.

No soy ilusa, y la parte de mi que espera eso es muy pequeña. La otra... la parte que no dice nada y se oculta, sabe perfectamente que la historia seguirá con un paso por quirófano.... y poco más.

Pero hasta que el médico no lo diga, no será cierto en mi mente.

Así que hoy será un día duro, de oír lo que no no quiero oír, de aceptar lo que no quiero aceptar... y de sonreír... de sonreír mucho... a mis hijos. De fingir que la noticia no me derriba como una ola de agua helada... de mostrarte firme, valiente, optimista. De decir que aquí no pasa nada, cuando por dentro me cagaré en todo porque estará pasando TODO, todo lo que no quiero que pase.

Y será un día de llorar.... por la noche, cuando nadie me vea. De abrazarme a la almohada y llorar.... porque no me sentiré nada firme, ni nada valiente, ni nada optimista... Y estaré cansada de ser la madera a la que todos se abrazan durante el naufragio... y me permitiré en mi soledad... hundirme... para volver a flotar al día siguiente con el sonido del despertador.

Pero eso será a la tarde. Ahora es por la mañana, y hay que trabajar... y he de irme poniendo ya mi mejor sonrisa. Porque aún puedo, aún vivo en esa realidad en la que todavía nada es cierto... nada es de verdad...

2 comentarios:

Por la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de datos te informo que al pulsar en el botón de "publicar" estarás aceptando la política de privacidad de este sitio.
La única finalidad es gestionar y moderar los comentarios. Tus datos estarán ubicados en los servidores de Blogger y no serán utilizados con fines comerciales ni publicitarios.
Responsable: Vanesa A.
Contacto: diariodeunamadresuperada@gmail.com