Yo no soy una buena vecina. Por regla general soy una persona que va muy a la suya. Paso muy poco tiempo en casa, pues marcho temprano a trabajar, y cuando recojo a los niños me centro en ellos y en lo indispensable de la casa.
Entre llevarles a extraescolares, comprar lo que haga falta, preparar las comidas.... el día a día ya te lleva.
Tampoco soy mala vecina. Soy educada, trato de no molestar, no somos ruidosos en casa, no pongo lavadoras temprano ni tarde, respeto las zonas comunes, y saludo a tod@s l@s vecin@s cuando me cruzo con ell@s.
En este tiempo de confinamiento he descubierto a las buenas vecinas. Creo que nos hemos descubierto todas, pues normalmente su día a día se parece bastante al mío y no solemos coincidir demasiado.
Pero ahora, estamos todas en casa, con nuestras familias... y al salir al patio de luces, o a la zona de balconcillos interiores.... coincidimos.
Y la verdad es que las buenas vecinas se han convertido en un punto de apoyo. Nuestros hijos han hecho migas, y hablan de arriba a bajo unos con otros. Se enseñan sus juguetes, sus dibujos, sus canciones, sus disfraces... y eso hace que sobretodo para la peque la vida pase más entretenida.
La otra niña y el otro niño son más pequeños que los míos... pero a Helia le ha dado igual. Sólo quería encontrar algún amiguito o amiguita con quien hablar y jugar. Erik, más mayor, no siempre participa... pero siempre pregunta si hoy han salido o no al balcón, si hace días que no se ven, o maldice los días de lluvia y se acuerda de que sus peque vecinos tampoco podrán salir al balcón.
Son una pequeña piña, que el confinamiento ha unido. Y a las madres... también nos ha echo unir. Esas charlas a tres ventanas... con la cabeza mirando hacía arriba y que acaban con las cervicales un poco tocadas... ese compartir el día a día, contarnos como va el confinamiento, darnos consejos o chivatazos de donde se pueden conseguir mascarillas, o intercambiar inquietudes sobre la situación actual y futura.
Pero no sólo es eso. Las buenas vecinas van más allá. Las buenas vecinas te bajan un trozo de bizcocho casero en un tupper amarrado con una cuerdecilla por el balcón, o un trozo de pastel de queso recién hecho!!!
Y aún hay más. Cuando encontrar una mascarilla para los peques era complicado... esa buena vecina que tiene máquina de coser y había conseguido unos patrones me pidió las medidas de mis peques y al día siguiente ya teníamos dos preciosas mascarillas en una cajita que había bajado con una cuerdecilla por el balcón.
Y no quedando ahí la cosa... cuando ayer, hablando distendidamente sobre las salidas que vamos haciendo, comenté que mi hijo llevaba mal lo de la mascarilla porque las gomas le rozan en la cicatriz de la oreja.... a la buena vecina le faltó tiempo para pedirme las mascarillas del peque que tenemos en casa, y cambiarle las gomas para que en lugar de ir sujetas en sus orejitas vayan cruzadas detrás de su cabeza.
Ahora a mi hijo la mascarilla ya no le resulta nada molesta de llevar!
Son pequeños gestos, tonterías, que las unas tratamos de hacer por las otras. Pero son cosas que al menos a mí me sirven de gran ayuda. Yo que apenas sé coser un botón y ni siquiera tengo máquina... jamás podría haber hecho unas mascarillas para mis pequeños! Y lo de cambiar las gomas... ni se me había ocurrido y ni sabría por donde empezar!
Por mi parte siento que aporto poco a la "buena vecindad". Lo de los bizcochos no es lo mío, no sé coser, y más allá del acompañamiento poco ofrezco a día de hoy. Además, de momento, soy la única que está trabajando, desde casa... pero trabajando. Y eso hace que esté horas fuera de juego. Pero cuando mi jornada acaba... siempre estoy ahí. Ahora estoy tratando de poner orden en el armario de mis peques, y les estoy preparando una bolsa de ropa para sus hijos a cada una de mis dos buenas vecinas. Será mi pequeño granito de arena.
Descubrir a las buenas vecinas ha hecho que el confinamiento sea mucho más llevadero. Normalmente cuando necesitamos algo estamos acostumbrados a "tirar" de familia o de amigos. Pero ahora, que no podíamos recurrir a ellos por no poder desplazarnos a otros municipios... saber que tienes el apoyo y que puedes contar con alguien tan cercano es algo realmente maravilloso.
Espero que cuando volvamos a la "vida normal" sepamos mantener de algún modo esta relación de cercanía surgida del confinamiento, y que los peques puedan compartir muchas tardes de juego pese a las diferencias de edad.
Es una suerte encontrar gente afín. Un beso
ResponderEliminarTotalmente Susana! Y tan inesperadamente cercanas!!
EliminarAbrazos
Gràcies veïna, m'has fet plorar!!!
ResponderEliminarFeia dies que volia fer-vos un petit homenatge, des del meu petit raconet. És el mínim que puc fer. Sempre us estaré agraïda 😍
EliminarAbraçades fortes
Qué bonito! Eso es lo que yo recuerdo de mi niñez. Era un piso de vecinos y era como una comunidad. Los niños jugábamos en casa unos de otros sin pedir ni permiso. comíamos con quienes queríamos, siempre avisando, pero igual podías estar en el del frente que con los del 7º. Tengo buenísimos recuerdos. Aprovecha esos momentos. Son únicos.
ResponderEliminarEra lo típico de los pueblos, o de "tiempos pasados", pero ahora con la "vida moderna" y el ajetreo que todos llevamos ya apenas se dan estas situaciones. A tenido que venir el dichoso coronavirus para que recuperemos cosas buenas!
EliminarAbrazos fuertes!
Yo también soy esa clase de vecino. No quiero molestar ni que me molesten. Pero esa relación vecinal, lejos de tenerla con los del mismo bloque, la tengo con la del bloque de al lado. Al salir al balcón coincidíamos muchas veces y entablábamos conversaciones de balcón a balcón. Ya mucho antes del confinamiento pusimos una cuerda con u necesito de balcón a balcón, tipo polea, para pasarnos cosas. Y evidentemente en confinamiento siempre ha sido un ligero desahogo para ambos.
ResponderEliminarComo llevo diciendo desde hace un tiempo: esta pandemia ha sacado lo mejor y lo peor de las personas.
Toda la razón...saca lo mejor y lo peor de la gente.
EliminarMe alegro de que tengas tan buena relación con tus vecinos del edificio de al lado. Los sitemas de comunicación caseros tipo polea son geniales.
Abrazos