Dime... ¿quién eres?

Esta en una entrada de esas que escribo para mí, de esas que cuestan, de esas que duelen al escribirlas, pero que de algún modo sé que he de escribirla.

Cuando empecé con este blog no me leía nadie, y lo escribía para mí. Un diario, donde charlar conmigo misma, soltar mis preocupaciones, mis opiniones, mis relatos... Poco a poco, empezaste a leerlo, tu y un@s cuant@s más! Y aunque empecé a publicar otro tipo de entradas, quise conservar un poco la función de "desahogo" con la que lo cree en principio.

Y hoy me siento a escribir para sacar algo que guardo hace tiempo dentro, y me imagino que este vuelve a ser sólo mi espacio, que tu no estás y no vas a leerme... porque sólo así podré escribir.

Hace meses que una pregunta me tortura, me invade sobretodo cuando estoy en el baño, y me lavo la cara por las mañanas, al salir de la ducha, o al cepillarme los dientes. En ese momento descubro un reflejo en el espejo, unos ojos tristes que me miran, de un verde profundo... y me pregunto: ¿quién eres?.

¿De quién son esos ojos tristes? ¿A quién pertenece la imagen que el espejo me devuelve? Dime tu, dime ¿quién eres?.

Debería ser yo... es decir, estoy frente a un espejo, y el reflejo... sin dudas es el mío... pues aunque me giro y busco... estoy sola, allí no hay nadie más.

Y sin embargo, no me reconozco. En serio ¿soy yo?

Esa mirada triste... esa mueca que mantiene rígida mi cara..., esa sonrisa invertida... 

Y tengo miedo, y me asusto, porque sé que soy yo. Pero a la vez... a la vez no lo soy, no puedo serlo!

Recuerdo no hace tanto tiempo descubrirme, siempre con esa mirada centelleante, esos ojos verdes llenos de vida.... esa sonrisa siempre a punto de emerger, ese gesto alegre... que siempre se contagiaba. Recuerdo cuando había quien me decía que al entrar en una habitación ésta se llenaba de luz! Y que mi "buen rollo" y mi alegría se contagiaban.

¿Y ahora? Ahora veo ese reflejo... y mierda... no sería capaz de iluminar ni mi minúsculo baño con mi presencia... No hay luz... sólo oscuridad en mi imagen... sólo tristeza. Ahora, la gente a mi alrededor no se contagia de mi alegría... ahora se marchan.... temerosos a contagiarse de mi tristeza, de mi pena... como si tuviera la jodida peste. Ahora lo único que consigo es llenar de ansiedad y pesar las estancias... y me ahogo a mi misma en ellas.

Y si lloro mientras escribo esto, no sé si es de rabia, de pena o de miedo. Porque da miedo ver a alguien tan sombrío día tras día en mi espejo! Y me debato entre pegarle una petada al espejo... o pegármela a mí.

Y me pregunto ¿cuándo volveré?, ¿cuándo  recuperaré mi mirada, mi sonrisa, mi alegría de vivir? Y no encuentro respuesta. No lo sé. Y lo que más miedo da, es pensar que tal vez... tal vez... ya no volveré. Me quedaré atrapada, ahogada en mi propia oscuridad.

Cuando salgo del baño me coloco mi "uniforme", y sonrío ante los niños, en el trabajo, con los vecinos... Pero cuando mi reflejo y yo nos quedamos a solas... ay, que cruel, ahí me muestra tal y como soy.

Y agradezco la paciencia infinita de quienes dándose cuenta de que me estoy perdiendo en el abismo, me tienden la mano, y no me dejan caer. 

De mi marido, que lucha por sacarme de nuevo a la luz, y recuperar a quien se casó con él, a la alegre madre de sus hijos.

Y de esa otra persona, que también lo ha notado, que se ha dado cuenta que hace tiempo que "escucho pero no hablo", que lleva meses revoloteando cada vez más frecuentemente a mi alrededor, tendiendo sus alas para ayudarme a volar de nuevo, pese a tenerlas también dañadas. 

Cada día me siento algo más fuerte, cada día un poquito mejor... pero sigo sin volver. ¿Me habré perdido para siempre?¿Será mi nuevo YO la imagen del espejo?