Ayer, en el trabajo, estuve haciendo el recuento de las horas de más que había hecho durante el pasado mes de marzo. Me salió un total de 28 horas y media... que se dice pronto!
Esas horas no se cobran. Se cambian por horas o días libres siempre y cuando el servicio lo permita (que no puedes pillar un día libre si te toca clase! Obvio).
Yo, tengo muy claro en que voy a invertir cada una de esas horas y minutos. A la vuelta de las vacaciones de semana santa de los niños, empezaré a entrar todos los días a las 10 de la mañana. Así, hasta que se gasten todas!
Eso, permitirá a mis hijos ( que no a mí ) levantarse una hora más tarde, desayunar tranquilamente en casa, y entrar a la escuela a las 9 de la mañana, con el resto de sus compañeros.
Serán unas horas muy bien invertidas, pues las gastaré en propiciar el bienestar de mi familia.
Y así, a partir de la semana que viene se abrirá un nuevo período en mi vida, donde entraré más tarde a trabajar y dejaré de acumular horas de más. Sólo tendré que trabajar una tarde a la semana, hasta las 20 horas...si... pero una tarde, y haré menos horas de docencia a la semana.
En resumen... bajaré el ritmo! Tengo muchos deberes por corregir acumulados, mucho papeleo y burocracia... pero al fin tendré tiempo para hacerlo.
Y como siempre que hay un cambio sustancial en mi vida, he cambiado de look. Hay quien frente a los cambios vitales se hace un tatoo o se compra ropa o maquillaje. Yo no... yo corto o tiño mi pelo... de manera drástica.
Lo hice cuando tuve a mis hijos, suelo hacerlo cuando cambio de empleo... y en esta ocasión... la recuperación de mi tiempo lo valía!
Espero irme reorganizando y poder estar más presente por aquí, no sólo con los #viernesdecuento , sino con el diario y nuevas propuestas 😉
Me encanta!!!!! Yo también me corto el pelo ante los cambios 😆
ResponderEliminarÁnimo por esas horas ganadas a la conciliación!!!
Siiiii!! Despues de un tiempo sin saber ni el significado de la palabra conciliar... por fin podré hacerlo 😉
EliminarTenemos mucho en común! Un abrazo