14 oct 2015

Visitando la biblioteca con los peques

Hoy en día, las bibliotecas ya no son como las de antes, lugares fríos reservados al mundo adulto. La mayoría, al menos las de mi entorno, cuentan con un espacio infantil y con un buen catálogo de libros a la altura de las exigencias de los más pequeños de la casa.

Además de las mesas y sillas de diferentes tamaños (que se adaptan a las diferentes edades de los pequeños) agrupadas por niveles de lectura (las más grandes donde hay libros de consulta académica, comics...; y las más pequeñas donde hay cuentos de lectura más sencilla), mi biblioteca cuenta con una zona alfombrada con asientos bajitos y acolchados donde los más pequeñines pueden entrar en contacto con el maravilloso mundo de los libros. En esta zona hay libros de tela, acolchados, con texturas, y también cuentos destinados a edades muy tempranas.

A mi hijo Erik le llevé a la biblioteca por primera vez cuando apenas contaba con un añito. Le recuerdo gateando y explorando los grandes cuentos de tela, mientras yo trataba de que no se los metiera en la boca!! jejejeje. Es un niño muy tranquilo, que siempre ha sentido curiosidad por el mundo literario. A mi hija Helia la llevé por primera vez algo más tarde... andaba ya cerca de los dos años. Es más movida que su hermano y debo admitir que sentía cierto pánico a llevarla a un lugar donde reina la calma y el silencio.

Desde esas primeras veces he seguido yendo con mis pequeños a la biblioteca de tanto en tanto, para que se familiaricen con este entorno y puedan disfrutarlo.

Que las visitas a la biblioteca "funcionen" depende en buena parte de como las planteemos nosotros mismos. Os dejo algunas claves sencillas, que a mi me han funcionado muy bien:

- la visita debe ser breve. Mis hijos tienen ahora casi 3 y 5 años, y nuestras incursiones duran como máximo 30 minutos. No hay que olvidar que son niños, y que por mucho que lo intenten su atención y contención tienen un límite.

- explicarles a donde iremos, que se van a encontrar y cuales son las normas de ese espacio. Yo creaba mucha expectación, poniendo énfasis en la gran variedad de cuentos de diferentes tamaños, texturas.... que podríamos encontrar.

- antes de entrar repasar las normas básicas. Para nosotros ya es una rutina, y en la puerta, ambos se retienen y repasamos en voz alta las consignas.

- las normas: deben ser pocas y muy claras. En nuestro caso: hablar flojito, no correr, no pelear y tratar bien los cuentos.

- involucrarse con la actividad. Para mi este punto es la clave. Yo siempre me siento con ellos, les ayudo a seleccionar o a alcanzar los cuentos, se los leo, los miro con ellos.... De manera que es SU momento. He visto padres llegar a la biblioteca con un niño de unos 4 años de edad y decirle: ahí están los cuentos. Dejar al niño e irse a sentar en una mesa a leer el periódico. En menos que canta un gallo ese niño corría y lanzaba libros, todo el rato llamando a sus padres que se limitaban a regañarle. No podemos dejarles a sus anchas y esperar que "salga bien". No dominan ese entorno y es fácil que no sepan como comportarse o simplemente al estar solos pierdan interés.

- si el día no acompaña.... retirada!!!! Hay días en que la actividad está condenada al fracaso... los niños están inquietos, no tienen ganas de ir, se pelean entre ellos.... No forcemos. Ya iremos otro día en que estén más receptivos e inspirados.

- implicarles en el funcionamiento del servicio de préstamo. Yo siempre les dejo traer algún cuento a casa. Antes de entrar en la biblioteca acordamos el número de cuentos que vamos a sacar. Normalmente les dejo escoger dos por cabeza. Y siempre pasamos por la zona de películas infantiles y escogemos una entre los tres para verla el fin de semana en familia. Voy con ellos al mostrador de la bibliotecaria, mientras uno entrega el carnet el otro entrega los cuentos. Cuando nos dan el papelito, les explico que es donde pone el día que hay que devolverlo todo. Y por supuesto ellos van conmigo a devolverlos. De esta manera, van entendiendo mejor que esos libros y películas vienen y van y son de todos.

La verdad es que es una experiencia que les encanta y disfrutan mucho. Por supuesto los cuentos que llevamos a casa los leemos en familia, y los disfrutamos durante todo el mes que los tenemos en préstamo.

Erik ya ha preguntado si puede tener un carnet de biblioteca propio, y le he explicado que es algo de valor y responsabilidad, por eso le he prometido que se lo haremos cuando tenga seis años. Sí, sé que es gratuito y de hecho lo podría tener ya... pero de este modo le he dado un valor añadido. No pierde ocasión de recordármelo...a mi y a los bibliotecarios, a los que tiene al tanto de que el año que viene ya sacará libros "a su nombre"

Y tu? Has llevado ya a tus hijos a la biblioteca? Como fue la experiencia? A que edad los llevaste?

2 comentarios:

  1. Hola!

    Me gustan mucho los consejos que das para llevar a la biblioteca a los niños, me parecen útiles y...lógicos. Soy partidaria de explicar a los niños los sitios a los que iremos y qué haremos allí, así como lo que se espera de ellos para que sepan a qué deben atenerse...
    Lo de los padres que les dejan a su aire..lamentablemente de esos hay mucho, padres que se creen que los niños ya se cuidarán por sí mismos...
    Cuentos de amatxu

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  2. Me alegro de que te gusten mis consejos! Explicar a los niños donde vamos y que esperamos de ellos ayuda siempre bastante a que la actividad sea más exitosa.
    Y por supuesto si la actividad es conjunta los niños suelen responder mejor y nosotros podemos disfrutar de la actividad con ellos!
    Un abrazo

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