¿Preparados para operar?

No es fácil afrontar la operación de un hijo. Por muy sencilla que sea, nunca te viene bien que operen a uno de tus pequeños. Porque los riesgos, aunque mínimos, siempre van a estar ahí. Y esta vez... se trata de tu hijo, no de su mejor amigo ni del hijo del vecino.

Se trata de una operación sencilla, colocar un drenaje en su oído derecho y en función de como lo vea el médico, quitarle los carnots. Como mucho una noche en el hospital... y a casa!

Cuando se lo explicamos a Erik se lo tomó bastante bien. La verdad es que después de un año de tratamientos el pobre estaba agotado, y a veces ya nos preguntaba si le podían operar ya y resolver el problema. Su audición se ve afectada por la mucosidad que se acumula en su oído, y el peque lo pasa mal porque le cuesta enterarse de las cosas y seguir las conversaciones.

Con siete años, en el colegio ya empiezan a trabajar los contenidos más en serio. Y en materias como el inglés, donde poder oír bien a la profesora es fundamental, estábamos notando que se quedaba atrás. Así que imagino que para Erik habrá un antes y un después de esta operación.

Aunque el día que nos dieron la noticia de que había que operar, Erik estaba presente y se enteró de todo, no fue hasta hace un par de semanas que empezó a plantearnos sus dudas y miedos.

Quería saber cosas como la duración de la operación, si le pondrían una vía (un tubo), si nosotros podríamos entrar en el quirófano con él...

Su padre y yo podríamos haber resuelto muchas de sus preguntas (obviamente, al quirófano no íbamos a poder entrar!) pero ambos pensamos que era mejor que él pudiera planteárselas al médico, y que fuera él quien diera respuesta.

Lista de Preguntas escritas por Erik sobre su Operación de Carnots

Así que le animamos y ayudamos a hacer una lista de preguntas de su puño y letra, y en la última visita que tuvimos con el médico, él se la llevó. El médico demostró ser un gran profesional y una gran persona. Recibió su lista de preguntas con una sonrisa, y le animó a írselas planteando de una en una.

Y allí estaba Erik, con voz temblorosa, leyendo su listado. El médico aclaró todas sus dudas, y de paso nos resolvió algunas a nosotros, puesto que el peque había hecho una buena lista y algunas de sus preguntas las compartíamos con él.

Para mí es importante que él pueda hablar con su médico (se va a poner en sus manos) y pueda confiar en él, como lo hacemos sus padres. Por eso no le hemos ocultado nada relacionado con su operación y le hemos ayudado al máximo a entender el proceso al que nos enfrentamos.

Pensamos que ocultarle información o irle con mentiras (no te a doler, estaremos a tu lado...) no sólo no le va a ayudar sino que puede ser perjudicial. Siempre he pensado que los niños no son "tontos", son niños, y merecen ser tratados con respeto y que se les proporcione información adecuada a su edad. Le explicamos las cosas en un lenguaje que pueda entender y de un modo sencillo... pero se las explicamos. 

Mañana es su "gran día" y a las 10.30 de la mañana entrará en quirófano. Ayer le hicieron los análisis del preoperatorio y tuvo la visita con el anestesista. Se mareó un poquito, pero por lo que me contó papá, estuvo muy tranquilo durante toda la visita.

Desde hace unos días está muy mimoso, de repente se me abraza y me hace mimos y arrumacos, más allá de lo habitual. Aunque no lo dice, imagino que está nervioso. Su padre y yo mantenemos la calma delante de él, y seguimos respondiendo a cualquier duda que se le presente... aunque desde ayer noto el estómago duro como una roca.

De aquí a un rato prepararemos la mochila con las cuatro cosas, y elegiremos el peluche que va a acompañarle en su aventura. También cogeremos algún libro o juego de mesa, para poder entretenerse, que las horas... en los hospitales se hacen muy largas!

¿Y tú? ¿Te has enfrentado a la operación de alguno de tus hijos?¿Cómo le preparasteis? Cuéntamelo en comentarios, seguro que me viene bien leerte!