Superada por el dolor. Superada por el papel de persona.

Desde el sábado me he sentido claramente superada por el dolor en el sentido más literal de la palabra.

Mi espalda, como si fuera un estúpido palo, el sábado, sin venir a cuento de nada, sin hacer nada extraordinario... se quebró.

Todo empezó con un dolor, un peso, una carga sobre mis hombros, que me empujaba hacía el suelo. A cada minuto que pasaba se hacía más pesada... a cada paso más la sentía... y al final empecé a pensar que no sería capaz de andar.

He tenido dolor de espalda otras veces, a veces, bastante fuerte... pero jamás me había sentido tan paralizada, tan impotente...

Aguanté como pude, con remedios caseros: bolsa de calor, esterilla, pastillitas de estas que todos tenemos por casa. Pero ayer, ya vi que algo no iba bien... que esto no mejoraba y que nada me aliviaba mi dolor.

Hoy decidí quedarme en casa e irme al médico a ver si había alguna cosa diferente que se pudiera hacer.

En la sala de espera me reencontré con una sensación que no me gustó. Allí, sola, esperando mi turno, mirando mis pies... me sentí... persona. No quiero sentirme persona!

Desde hace seis años llevo con orgullo el rol de madre. Me siento madre prácticamente en todo momento. Es un papel que a veces pesa, a veces me va un poco grande... pero me gusta interpretarlo! Lo disfruto, con su parte buena y su parte no tan buena. Asumiendo que a día de hoy, dos personitas dependen en gran parte de mí, y que mis decisiones les suelen afectar directamente. Es mucha responsabilidad... pero me siento cómoda con ella.

Llevo ya ocho años ejerciendo el papel de esposa. Raro me suena todavía! Pero creo que llevo bien esa faceta de mi vida. Preocupándome por "otro", dejando que se preocupe por mí, trabajando codo a codo para salir adelante... interpretando ahora el papel más grande y conjunto de familia.

Pierdo la cuenta de los años que llevo interpretando el papel de orientadora laboral. Escuchando los temores, y problemas de otros, dando apoyo, ayudando a encontrar una salida donde otros la borraron... Hay días duros y días más duros! Pero que demonios, me gusta mi papel! Lo elegí yo! También con sus lados malos y con sus lados buenos!

Pero hoy... en esa sala de espera... me ha tocado interpretar un papel que tenía olvidado... el mío... el de PERSONA, en mayúscula. Vulnerable, necesitando ayuda, sintiéndome pequeña y asustada.

Como madre trato de mostrarme segura ante mis hijos, como esposa trato de infundir seguridad a mi marido y casi siempre soy la voz optimista en la pareja, como orientadora soy la luz que guía los pasos de otros, siempre al frente, siempre firme, conociendo destino, inventando el camino.

Pero como persona... que duro, ser yo la que no puede, la que no tira, la que se rompe y siente ganas de llorar porque su cuerpo no responde y no quiere llegar donde su mente anhela. No me gusta el papel de persona... no me resulta cómodo de interpretar y espero que la llegada en breve de mis pequeños del colegio me devuelva mi rol de madre y me alivie por un rato de este papel que hoy me está tocando.

De mi espalda? Que decir? Ahí sigue, doliendo. Por lo visto el prolapso de antaño es ya hoy una hernia discal... y resulto ser demasiado joven para los tratamientos existentes. De modo que abrazaré mis pastillas y mi esterilla, esperando que esto vaya pasando. Cosa de unos días con el tratamiento que me han dado.

Luego, cuando el dolor remita, será cuestión de hacer bondad y cuidarme un poco más. Mi mente tendrá que aprender a esperar a mi cuerpo y tal vez... sólo tal vez... deberé acostumbrarme a este papel que tan poco me agrada... el de persona vulnerable y humana.