Y es que el pasado domingo, así, como si nada, mi chiquitita cumplió 4 años. Si!!! cuatro!!! Ya han pasado cuatro años desde aquella noche en que mi marido y yo oímos romperse la bolsa gestacional, y rompí literalmente aguas.
Cuatro años de aquella llamada furtiva a los abuelos para que vinieran a quedarse con el que estaba a punto de convertirse en hermano mayor en las siguientes horas, y que se hallaba en el más profundo de sus sueños.
Cuatro años, desde que me senté mientras les esperábamos, a escribir un mail a la guardería del peque, advirtiendo de la situación y de que a Erik le llevarían sus abuelos a clase.
Aún recuerdo cuando llegaron mis padres, y me puse, como si tal cosa, a explicarle a mi madre que Erik tenía que devolver al día siguiente a la mascota de la clase de inglés... un tal Munchy que había pasado el fin de semana en casa :-)
Han sido cuatro años llenos de grandes momentos, muchos de ellos duros... especialmente los primeros... cuando la peque se negaba a dormir... ni de día ni de noche! Por lo visto tenía muchas ganas de VIVIR, de disfrutar de todo y no perderse un solo instante. Nueve meses esperando para salir... como para perder tiempo durmiendo!
Ahora, afortunadamente, y salvo en contadas ocasiones, descansa como un angelote... y vive... vive como un demonio!!! Ese carácter extremo! Lo mismo llorando que riendo... esas rabietas, esa sensibilidad siempre a flor de piel... Esa intensidad a la hora de vivir. Esa... esa es Helia.
No podíamos vivir su cumpleaños de un modo que no fuera... intenso! Así que tuvo... tres "fiestas" de cumpleaños!
Nunca había podido celebrar su día con amigos. De pequeña no fue a guardería como su hermano, sino a un centro de apoyo familiar. Estos centros van un poco "por horas", de modo que cada peque entra cuando su familia lo necesita... y sale a la hora que a los papás les conviene. Por lo tanto, no hay hora oficial de entrada y salida. Esto, resulta cómodo, porque si tu sólo necesitas llevar a tu hijo de 10 a 13horas... puedes hacerlo! Pero tiene sus inconvenientes. No coincides con las familias de los compañeros de tu hija a la entrada y salida, y por tanto no los conoces... y al hacer cada peque un horario y no haber grupos... puede que tu hija comparta tres horas con un niño, cinco con otra niña, seis con dos más... En definitiva, no sabes bien bien a quien invitar a una fiesta de cumpleaños :-(
El año pasado empezó el colegio, pero al ser de noviembre... cuando llegó su cumpleaños apenas había tenido tiempo de familiarizarse con sus compañeros. Pero este año... ya tocaba! Y ella, reclamaba tener su fiesta, al igual que su hermano!
La hicimos en un parque, que ella eligió (no sabemos el motivo... pero se emperró en que tenía que ser allí... sí o sí!) e invitamos a todos sus compañeros de clase. Pese a que amenazaba lluvia, el día aguantó y vinieron bastantes niños! Creedme si os digo que disfrutó como una enana! No daba crédito a recibir tantos regalos y tantas atenciones!!!
No me dio tiempo a hacer fotos del pastel... lo montamos in situ en el parque, con un bizcocho de chocolate y una galleta de Lady Bug (era parecido al de Star Wars de su hermano). A sus amig@s les encantó!
Por la tarde seguimos con la segunda fiesta...con la familia! De este pastel en casa si que hay fotos!
Navideño total!!! Le encantó su forma, aunque para variar, no quiso ni probarlo.
Disfrutó de lo lindo con sus primos jugando arriba y abajo, y enseñándoles a sus tres abus lo que le habían regalado sus amiguitos por la mañana.
Al día siguiente...si! Era al fin su día! Su cumpleaños oficial! Lo empezamos... acudiendo a un evento deportivo con su hermano. Suele pasar, cuando eres el pequeño... que tus días especiales coincidan con días también especiales de tu hermano!
Para Erik era su primera carrera con el club donde práctica atletismo, y le hacía mucha ilusión participar. Helia le animó de lo lindo y el grandullón le regaló su "victoria" (porque acabar, y disfrutar, en esta familia se considera toda una victoria!).
Luego volvimos a casa y fuimos a comer juntos, en familia, a un lugar que ella escogió. Le dimos a escoger varios sitios... pero no fue demasiado necesario... tenía claro que quería ir a "el lloc de les cadires vermelles" (el lugar de las sillas rojas), más conocido por el resto de los mortales como Peggy Sue's.
Comió pollo rebozado con patatas, acompañado de deliciosa limonada rosa (sí, sí... "riosia"!). Y cuando llegó a casa... se quedó frita en el sofá. Demasiada intensidad para nuestra pequeña intensa!
Al despertar le esperaba la guinda y fin de fiesta: nuestro regalo de cumpleaños! Unos patines "riosias"!
Verla patinar enganchada a su papá por el pasillo... no tuvo precio!
Ha sido su mejor cumpleaños, sin lugar a dudas! Y únicamente ha sido el cuarto! Ojalá siga siempre regalándonos sus sonrisas... aunque las alterne con sus extremas rabietas. Vivir la vida a su lado es vivirla intensamente ☺
Muchas felicidades!! Gran cumple y los patines seguro que dan mucho juego :)
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Fue un gran cumple para una pequeña de corazón gigantesco!
EliminarY los patines... van a rodar sin parar! Seguro!
Un abrazo!
Ooohhh, me ha encantado tu recuerdo. Mi peque parece que es tan intensa como era la tuya, espero que me digas que con la edad disminuyó la intensidad porque ni dormía cuando bebé, es super emotiva y no le gusta comer. Ha cambiado tu peque? Jajajaja
ResponderEliminarBesos
Pues por el momento sigue siendo bastante intensa! De la risa al llanto en un plis plas… y como si nada.
EliminarEs parte de su encanto supongo.
Un abrazo