Segundo control de colesteatoma

El pasado 14 de diciembre se cumplieron dos años desde que cambié a mi hijo por una absurda bolsa de basura, o dicho de otro modo... desde que lo operaron de un colesteatoma.

Ha llovido mucho desde aquel fatídico día en que tantas cosas se torcieron... y la vida ha ido poco a poco poniendo las cosas en su sitio.

Pero cada año... llega un momento en que todo se revuelve y se pone patas arriba una vez más. El día del control anual.

Ese día en el que vuelves a lanzar los dados al aire, y esperas caigan por la cara adecuada. Ese día en que cruzas los dedos y lees un estúpido papel en el que buscas desesperadamente la gran frase: no se observan signos de recidiva. Lo que en el lenguaje no médico sería algo así como: el colesteatoma no ha vuelto. Y dicho aún en un lenguaje más humano... tu hijo no tiene que volver a quirófano este año! Has tenido suerte! Todo está ok. Vuelva el próximo año.

El año pasado el resultado de la prueba fue el deseado, y en casa volvimos a ser felices de nuevo. Pero la prueba... fue un infierno. Se alargó más de lo esperado y mi pequeño vivió nuevamente momentos que no debió vivir.

Mañana vuelve a pasar por ello. Vuelven a hacerle una resonancia para comprobar que todo está en orden. Pero esperamos que esta vez el proceso sea distinto, que no sea necesario el contraste, y si lo es...que se lo administre una enfermera pediátrica, con instrumental pediátrico. 

Hemos buscado otro centro donde hacérsela, hemos explicado el caso... y de momento parece que van a intentar que nuestro pequeño vikingo padezca lo menos posible esta vez.

Para mí es importante que esta prueba no sea un calvario, no sea un trauma, puesto que va a formar parte de su vida de manera anual. Así que necesito que vaya tranquilo y que pueda verlo como una visita médica más. Aunque en el fondo todos en casa sabemos que no lo es.

Mañana me separaré de nuevo de mi niño, y esperaré sonriente y calmada a que me lo devuelvan. Luego tocará esperar por los resultados. La otra vez fueron un par de días... espero que esta vez todo vaya igual de rápido.

Y ahí no esperaré más. Rasgaré el sobre y leeré el informe... aunque sepa que debería ser su médico el que lo leyera... aunque tenga visita con él sólo unos pocos días después... no podré esperar.

Porque en mi interior hace un año que espero este nuevo informe. Porque cada vez que te dan los resultados, se inicia una nueva cuenta atrás.

Y mientras trato de aparecer calmada frente al mundo, y continúo con mi búsqueda de empleo..., en mi interior todo se mueve y se agita a la espera de  que otra prórroga, otra tregua anual más, nos sea concedida.