31 dic 2017

2017 ¿te vas ya a la mierda?

Es tradicional en mi blog, y en muchos otros, hacer un balance de fin de año y una lista de propósitos para el año próximo.

Lo hice el año pasado y también el anterior, un repaso al año y a los propósitos del año anterior, viendo los que había cumplido y los que no, y elaborando una nueva lista de propósitos a cumplir el siguiente año.

No necesito hacer un gran repaso del 2017, porque ha sido un año de mierda, y por eso quiero que acabe ya, de una puñetera vez por todas. No soy una ilusa. Sé que al sonar las campanadas de año nuevo, no entrará por la ventana un hada madrina cantando bibidibadibidú y llenándolo todo de luz, color y cosas bonitas... Sé que el 2018 empezará de pena, justo donde el 2017 deja las cosas. Pero psicológicamente necesito que este año acabe ya para ponerle un punto y final mental.

El 2017 empezó mal, con mi marido y conmigo en el paro. Yo dejando atrás uno de los mejores trabajos que he tenido en tiempo, apenada por el fin de contrato y fin de etapa. Pero también ilusionada, por una nueva etapa que empezaba un par de semanas después en un nuevo empleo.

Ilusión, que como ya te conté, no tardó en transformarse en decepción, pues al poco tiempo descubrí que durante unos meses me iba a ver obligada a trabajar de 8.30 de la mañana a 20.00 de la noche. Horario que pude cumplir sólo porque mi marido estaba en paro... porque sino, con los dos peques en casa, no puedo imaginar como lo habríamos hecho. 

Fue un trabajo muy duro, cansancio físico y agotamiento mental y emocional hasta niveles insospechados, aunque reconozco que lo disfruté. Pero en agosto se acabó, y me volví a ver arrojada a la cola del paro... como cada año.

2017 también ha sido el año en que la salud nos abandonó demasiado. Mi marido sufrió problemas de riñón durante meses, estando al borde del cólico nefrítico... y sufriendo de mucho dolor... Y también fue el año de los mil controles en el otorrino, por los problemas de mi pequeño vikingo. Problemas que empezaron a finales del 2016, con una sospecha materna ante un olor peculiarmente desagradable que salía de una de sus orejitas... y que acabaron con dos operaciones quirúrgicas muy seguidas.

La primera, para sacar las vegetaciones y mejorar la ventilación, con el propósito de  acabar con la acumulación de mocos en su oído. La segunda, para practicar una colesteatomia, cuando en la primera detectaron que el origen de todo era un tumor benigno que estaba destrozándolo todo. Esta operación concluyó con la extirpación de buena parte del aparato auditivo, así como de parte de mi sonrisa. Cuando a tu hijo le extirpan partes importantes de su cuerpo, a ti te extirpan partes importantes de tu corazón. Partes que irás recuperando poco a poco, pero que por lo pronto, perdiste de un bisturetazo.

Para rematar el año, entraron los virus en casa.... y a día de hoy todos andamos febriles, mocosos, y muy doloridos a nivel corporal. Como una fila de fichas de domino hemos ido cayendo todos. Y la Navidad soñada, se ha marchado... diría por la ventana... pero la verdad... creo que en mi casa las cosas buenas salen simplemente por el retrete... sin tanta poesía.

Quería que esta Navidad fuera bonita y especial... una manera de compensar a mi hijo por todo el dolor que ha tenido que pasar. Hoy limpiándose la cara, esta mañana, se miraba en el espejo y me decía: "mamá, porque mi oreja está tan salida?" 

A consecuencia de su operación, su oreja derecha está salida hacía fuera. Con los meses, volverá a su sitio original, pero de momento "luce" así. Y aunque hasta hoy, dos semanas tras la operación, él no había dicho nada al respecto, me ha quedado claro que no sólo lo ha notado, sino que es un tema que le preocupa. Y aunque yo le haya quitado importancia con una sonrisa, en mi corazón caían a mares las lágrimas.

Total, que en lugar de tener una Navidad bonita... hemos tenido que suspender la celebración en familia, con abuelos y hermanos, a causa de la fiebre y los virus. Porque en casa estamos todos malos, mi suegra está mala también, y mi bisabuela materna está ingresada en el hospital...

Fin de Año de traca para un 2017 de mierda.

Qué si todo ha sido malo? Pues no... claro que no! En un año hay de todo! Mi marido hizo un curso de formación ocupacional que le capacita para trabajar como profesor, dando clases de logística, y ya tiene agendados un par de cursos para marzo del año que viene. Yo hice un par de cursos de social media y community manager que disfruté mogollón. Disfrutamos de momentos únicos y especiales con nuestros pequeños. Pudimos volver a irnos tres días de vacaciones en verano. Y yo encontré un nuevo empleo hará un mes.

También me reencontré con viejas amistades, conocí nuevas personas maravillosas... y perdí a otras muchas, que se han quedado en algún lugar del camino de la vida.

Sí, hay recuerdos bonitos... pero no han servido para compensar el balance de año. No, no son suficientemente buenos como para compensar.

Por eso quiero que el 2017 se vaya ya, a la mierda, a la puta mierda, de una vez por todas. Y que el 2018 llegue con viento fresco. Porque aunque lo empezaremos con antitérmicos y controles médicos, estoy segura que por fuerza tiene que traer cosas buenas y algo de paz.

¿Propósitos? ¿Para el 2018? No los hay, más allá de lo básico. Seguir vivos... tener salud... y no perder la cabeza. No perderme en la oscuridad y seguir luchando.

  

8 comentarios:

  1. Espero que el 2018 traiga lo que anhelas. Mucha fuerza Familia! Deseo que el año nuevo sea mejor en todos los sentidos para todos. Un abrazo!

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    1. A ver si hay suerte y el nuevo año nos da un poco de cuartelillo. Porque a este ritmo... esto no se aguanta!
      Un beso!

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  2. Os deseo un año de mucha salud y que encontréis la calma y la felicidad en todos vuestros proyectos. Feliz 2018 familia!

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    1. Feliz 2018 a vosotros también! Y que os traiga todo aquello que anheláis, sobretodo salud y tranquilidad.
      Un abrazo

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  3. Anónimo3/1/18 16:22

    Feliz y esperado 2018. Espero de corazón que este año sea muchísimo mejor que el anterior. Te deseo mucha salud, trabajo y paz interior. Un abrazo!

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    1. Feliz año a ti también! La verdad, es que por fuerza este año será mejor... a peor prácticamente no puede ir!
      Mis mejores deseos para ti y tu familia. Un fuerte abrazo!

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  4. A tope por el 2018!!!❤️

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