Cuando estás en un hospital, haciendo guardia para cuidar de tu hijo, sin poder dormir más que unas horas (en las que el que hace guardía es papi) te da por pensar... y mucho.
Y oye, a veces te da por pensar en tonterías! Imagino que para distraer tu mente.
En el último mes y medio mi pequeño ha pasado por quirófano dos veces. Y en ambas experiencias, hay un momento común que resulta especialmente duro y desolador... Se trata del momento en que "cambias" a tu hijo por una estúpida bolsa de basura.
Es un momento especialmente duro, y dramático... pues es cuando te separas físicamente de tu pequeño para que se lo lleven a quirófano.
Después de pasar por admisiones, te acompañan a los box de la zona de quirófano. Allí, te dan una batita y unos petucos para que se los pongas a tu peque... y una bolsa de basura blanca para que "guardes" su ropa y sus zapatos.
Te quedas un rato en el box con él....y con la bolsa. Pasan enfermeras y enfermeros a verle, la anestesista, con suerte incluso el médico. Finalmente le sedan... y su mente empieza a abandonar su cuerpo.
Y ya... al final de la maniobra, te piden que lo pongas en la camilla con la que irá a quirófano... te despides con un beso... y ves como se lo llevan por el pasillo.
Entonces te giras, coges tu abrigo, la carpeta con los papeles del peque... y... la bolsa.
Ahí el corazón se rompe un poquito. Por un momento parece que eso es todo... todo lo que ahora tienes de tu hijo: una carpeta con papeles y una bolsa de basura.
Y te aferras a ella. Porque ahí "va todo". Te paseas con ella por el hospital, y te das cuenta de que la gente te mira distinto.
Ven la bolsa, y lo saben. Saben que tienes a alguien en quirófano. Y a veces te cruzas con otras personas, que cargan "su bolsa" también, y las miradas se cruzan. Tu sabes... ellos saben. Y apretas tu bolsa, y ellos la suya... no fuera caso las intercambiásemos sin darnos cuenta, y nos devolviesen a la persona equivocada.
Porque esa insignificante y estúpida bolsa, durante unas horas lo es todo.
Buhita ha tenido muchos ingresos pero nunca operaciones,y si ya es duro verles tan pequeñitos en esas camas tan grandes enganchados a una y otra máquina no puedo imaginarme lo que es verle desaparecer tras un pasillo, la angustia por sencilla que sea la operación que tiene que inundarte.
ResponderEliminarBella, sigo diciendote lo mismo. Tenéis que estar muy orgullosos de ese pequeño vikingo y tú,vosotros, apoyaros en toda la gente que estamos pendientes por el cariño que os tenemos, porque sé que tú harías lo mismo.
Un abrazo muy fuerte
Muchas gracias! La verdad es que es un momento muy duro, sobretodo si la intervención es larga y vas a estar varias horas sin saber nada de tu peque.
EliminarÉl es todo un valiente!
Un abrazo
Ánimo preciosa, son horas de espera interminables pero no nos queda otra que confiar y apuntarle en su cuardeno de vida la experiencia que ha vivido y que sólo los super héroes como él viven. Espero que haya ido todo genial. Un abrazo inmenso
ResponderEliminarLa verdad es que esas horas se hacen eternas.
EliminarPero hay que confiar en los profesionales que se le llevan.
Un beso!
Yo pasé por una operación de mi peque con un mes de vida (estenosis pilórica) y no puedo describir ese momento en que se lo llevan y lo ves alejarse y te quedas vacía. Al igual que tampoco puedo describir el sentimiento que te da cuando abre sus ojos y te devuelve la vida.
ResponderEliminarMuchísimo animo familia!!
Un besote enorme!
Con un mes y ya en quirófano 😢
EliminarSon momentos como dices, dificiles de describir...verlos desaparecer en el pasillo...Es como si tu vida quedase en suspensión hasta que te los devuelven.
Un abrazo fuerte