26 ago 2017

Cuando el paciente soy YO

Como madres estamos más que acostumbradas a ir a urgencias, a esperar en las salas de esperas con cuentos y muñecas, y a pasar la noche en vela termómetro en mano.

Pero... ¿qué pasa cuando el paciente eres tu? Cuando estás en urgencias sola para que te visiten a ti? Cuando la noche en vela es por tu propio malestar?

Pasa... que no se lleva bien. O al menos yo no lo he llevado nada bien.
El domingo pasado, me percaté de que me costaba tragar y me sentía cansada, y con lo que popularmente denominamos malestar corporal.

No le di demasiada importancia. Pensé que sería cansancio... y cuello irritado por las bebidas frías y por haber estado charlando "más de lo debido". Como no me gusta hablar!

Pero cuando el lunes me desperté... la sensación era diferente. No es que el cuello me molestase... es que sentía como si tragase cristales! Como conozco mi cuerpo, fui por una linterna y en el baño, procedí a examinar mi garganta. No hizo falta un gran examen... mis amígdalas lucían unas hermosas placas blancas. Eso no estaba en mis planes!!!

Tras el desayuno me fui al médico y comprobé que me sentía perdida. Estaba sola... en la sala de urgencias... tranquila... esperando que me llamasen... sin más. Se hacía raro, muy raro.

Para postres me llamaron a los cinco minutos de haber llegado. Esto imagino puede atribuirse a nuestro amigo Murphy. Cuando vas con niños, acostumbras a estar un mínimo de 30 minutitos en la sala de espera, tratando de consolar al peque malito y de mantener calmado al que se encuentra en perfecto estado de revista. Y ahora, que los niños estaban con papá en casa, y que estaba tan tranquilita en mi silla, me llamaban en un plis plas.

No me pareció nada justo! 

La visita fue rápida, y el diagnóstico el que ya conocía: tenía anginas, amigdalitis, o como le queramos llamar. Tratamiento: amoxicilina, ibuprofeno y reposo.

Me pareció más sencillo explicar a mis hijos lo del atentado terrorista, que lo de que mamá necesitaba reposo. Por suerte, papá está en casa y pudo hacerse cargo de la situación y mantenerlos bastante "alejados de mí" para que pudiera estar en modalidad marmota un par de días.

He perdido práctica en estos menesteres de permanecer en la cama y no hacer nada. Y sentía como un run run y unas ganas de moverme y hacer cosas que ni te cuento! Y lo que llevaba peor de todo... es que fuera verano! Con nuestros planes de playita y excursiones y yo en la cama como un perezoso!

Pero hacer bondad tiene premio. En un par de días empecé a sentirme mejor y el miércoles ya me atreví a salir un poco de casa, el jueves otro poco y ayer ya hicimos vida vacacional normal.

Espero no enfermar hasta el año que viene! Como mínimo!

Y tu? También llevas mal lo de estar malit@ y en cama?


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