Hace apenas quince días escribí una entrada de título bastante parecido... 2018...¿Y a ti qué te pasa?. Era una especie de "carta" al año que empezó hace apenas tres meses, en la que expresaba mi descontento por como estaban yendo los acontecimientos de mi vida, desde que el 2018 había llegado a ella.
Y es que el 2017 fue malo... pero del 2018 ya casi mejor ni hablar. Si en mi anterior post me quejaba de que en apenas un mes el nuevo año me había quitado a mis dos abuelas, en este podría quejarme de que días más tarde me quitó a uno de mis tíos, y una semana después a una de mis tías.
La verdad es que el 2018 está siendo sembrado! Y ya, yo que sé, pienso que mejor incluso ni me quejo... no sea que el destino se acabe de mosquear aún más conmigo, y me llueva alguna suerte de desgracia nueva.
Perder a 4 personas de la familia en dos meses, ya me está pareciendo demasiado recochineo. Aunque no quiero quejarme mucho, que al nuevo año, lo carga el diablo!
A estas alturas de mi vida, creo que estar emparentando directamente conmigo, ya es un factor que las aseguradoras deberían tener en cuenta. Por si acaso...
La verdad es que trato de tomármelo con humor, porque hace ya algunos meses que me quedé sin lágrimas. Así que la mejor estrategia para combatir la desgracia, es reírse de ella y mirarlo todo con perspectiva.
A este nuevo año, pienso plantarle cara, y estoy segura, que si bien me está dando muchos motivos para estar triste, seré capaz de encontrar motivos para estar feliz y dichosa.
Porque no estoy dispuesta a hundirme, ni a dejarme hundir. La vida es demasiado valiosa como para pasarla llorosa y tristona.
Mis hijos merecen tener una madre alegre, que no se deje abatir y que siga luchando por ellos, y por mí misma.
Poco a poco me voy a ir lamiendo mis heridas, y estas irán sanando. Desde luego, que si dejan de lloverme malas noticias, todo será más rápido y fácil. Pero si no... pues también sanaré. No hay más!
En mi espalda llevo una mochila, donde voy echando las cosas malas que me pasan. A veces parece pesar demasiado, y pienso que no podré cargar con ella. Antes me dejaba caer hacía atrás y sufría mi dolor.
Ahora, voy aprendiendo poco a poco, a sentarme, abrir la mochila, y revisar lo que llevo dentro. Algunas cosas, que antaño me parecieron grandes problemas, pesados como piedras... ahora me parecen ridículas piedrecillas que no pesan en absoluto, y que ya puedo sacar de mi mochila, y dejar caer al suelo.
Otras siguen siendo muy pesadas... pero ahora sé que no tengo porque cargarlas sola... y trato de romperlas y repartirlas, en la mochila de mi marido, de mi familia, de mis amigos... y entre todos las cargamos.
Otras veces dejo que mi marido cargue con mi mochila un rato, una parte del camino, para recuperarla luego, y seguir tirando.
Te pase lo que te pase conmigo y los míos 2018, yo estoy decidida a seguir dando guerra, así que mete lo que quieras en mi mochila, que yo seguiré adelante, siempre adelante.
Guerrera!!! Y nosotros que también aprendemos de tu lucha.
ResponderEliminarÁnimo!!!
Uy! No aprendais mucho de mí, que a veces le daría de patadas a la mochila!
EliminarNo sabes como me alegro de haber leído eso de que le vas a plantar cara. A pesar de toda la mierda que te está viniendo tú vas a poder con todo, no va a poder el año contigo, vas a poder tú con él. Porque eres fuerte, joven y porqeu tienes a dos pequeños que te necesitan bien y feliz. Las cosas de palacio van despacio lo que no me iba a imaginar era que iba a ir tan despacio.
ResponderEliminarun abrazo
Creo que nadie pensaba que fueran a ir tan despacio... Pero bueno, no podemos controlar lo que nos pasa,pero si el modo en que nos enfrentamos a ello. Así que toca ir a por todas!
EliminarUn fuerte abrazo
Ánimo! Fuerza tienes de sobra aunque no lo sepas. Estamos todos enviando nuestra energía para que por fin tu 2018 sea como esperas. Un beso luchadora
ResponderEliminarMe conformo con un año normal y llevadero.
EliminarA ver si esa corriente de energía da sus frutos!
Mil abrazos
Ánimo wapa ya verás como cuando menos te lo esperas vuelve a salir el sol. 😘😘😘
ResponderEliminarOjalá no tarde demasiado en alumbrarme un pelín!
EliminarAbrazos!
Oye!!! Plantéate hacerle algún boquete a la mochila. A veces pesa demasiado y aunque es duro hay que soltar algo de lastre. Cuando nos dejan seres queridos es triste pero hay que mantenerlos vivos en el corazón y seguir por los que nos quedamos. Sé que hay cosas que no se pueden soltar, pero hay otras que se pueden aligerar un poco. Me gusta que tengas fuerza para decir "2018, aquí estoy y no cas a poder conmigo". Mucho ánimo de corazón. 1VidaReal
ResponderEliminarAl igual me acabo planteando hasta abandonar la mochila en cualquier banco del parque...y listos!
EliminarLo importante es no hundirse.
Un fuerte abrazo
Hola, estoy regresando a la blogosfera despues de andar de prófuga de blogger y comence por visitar los que tienen nombres similares al mio. He leido tus posts en retroceso hasta aca (abril hasta este) y como te entiendo. A veces siento que la vida se ensaña y que no puedo seguir adelante, pero con los años lo miro como si mi bote se hubiera volcado en el mar, que hago? si me desespero, me ahogo, no... hay que quedarse quieto un momento, mirar alrededor, respirar y entonces, solo entonces, tomar desiciones. Mas alla de los temores y los miedos, la vida continúa, y continuará contigo porque no puedes salir de ella, asi que respira. Tu hijo es un luchador, porque ve a una madre que lo apoya incondicionalmente, no sabes cuantas veces sentí lo mismo con mis hijos (hoy de 22 y 15 años), ese temor por dentro al decirles, sigan, ustedes pueden, y por dentro... de verdad podran? Pues la mayoria de las veces si pudieron y cuando no pudieron pues nos paramos y seguimos y buscamos otras opciones, que yo me he caido mil veces, cometido mil errores y sigo de pie. Vas a ver que esto es un ciclo, llega la mala, a veces te paras y regresa, y te paras y sigue hasta que se va, despues estas bien, y no recuerdas como fue que te paraste cuando estabas tan mal... hasta que la mala regresa y no sabes como volver a empezar... y se puede. Me repito dia a dia: no es una mala vida, es un mal momento. Y cuando pienso, poque me pasa esto a mi, me respondo, y porque no? que me hace tan especial? y seguimos. A mi no me gustan los abrazos reales pero si los virtuales, no se a ti, pero te envio un abrazote apretado apretado para que se junten todos los pedacitos que se te han caido y te llenes de energía para seguir adelante. Saludos desde Chile y disculpa lo extenso.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario! Y no hay nada que disculpar, siéntete libre de escribir lo extenso que quieras.
EliminarImagino que conforme los hijos crecen la perspectiva va cambiando, y uno es capaz de verlo todo de otro color.
Tienes razón en que a veces, la vorágine de los acontecimientos nos absorbe y lo mejor que uno puede hacer es parar, y tomar tiempo para pensar y ver todo con mayor claridad.
Un fuerte abrazo virtual para ti también Paula!