A veces pienso que mi hijo es demasiado maduro para la edad que tiene... siempre preguntando y haciendo reflexiones que van un paso más allá.
Hace poco tuvimos la reunión con su tutora del cole, y realmente nos confirmó esta percepción que como padres teníamos hace tiempo. Erik lleva los debates dentro del aula a un nivel "más adulto" que el resto de la clase, y enriquece de ese modo los contenidos y los puntos de vista de sus compañeros.
Esto, a priori podría parecer una cosa muy buena, pero créeme si te digo que es un arma de doble filo. Por un lado puedes tener conversaciones con él de muchos temas, y eso genera una complicidad que es muy bonita. Pero por otro... el que tenga esa capacidad para plantearse dudas, para ver las cosas desde mil y una perspectivas... no siempre es positiva.
El pasado miércoles, mientras volvíamos a casa del colegio, tuvimos una de "esas conversaciones" que me dejan mentalmente agotada.