Un día perfecto

 Hay días que resultan simplemente perfectos... y que echando la vista atrás ves que nada pudo haber sido mejor. 

Ayer fue uno de esos días. Ayer fue mi 41 cumpleaños. 

Cumplir 41 años... bueno... digamos que no es la edad a la que me haya echo más ilusión llegar. Y tal y como están las cosas este año...pues no es que esperase este día con especial ilusión.

Pero siempre hay quien se encarga de inyectar un plus de alegría a todo y convertir un día más en un día genial.

El día empezó fenomenal. Pues me desperté a las 9.30 con las voces de mis peques despertando en su habitación. 

En cuanto me levanté me empezaron a colmar de abrazos y felicitaciones. Los peques prepararon mi desayuno y el de papá, con la ayuda.y supervisión de este, claro.

Y luego llegaron los regalos. Este año no tenía ni idea de por donde irían los tiros. No tenía ni idea de lo que tenían previsto regalarme. Y la sorpresa fue completa!

Cuando al abrir el paquete me encontré con unos pendientes y un hermoso collar quedé sin palabras. Por lo visto la idea fue de mi hijo y lo escogieron entre todos. Y acertaron de pleno! Me encanta el diseño, el color...todo!!!

Luego vinieron los extras: dibujos tanto de Helia como de Erik, realizados con todo su cariño.

Tras las duchas matutinas salimos a dar un paseo....y me llevaron a comer fuera de casa! Mi marido ya me había avisado de que no comprase nada, que no quería que me pusiera a cocinar en mi día. Pero....no tenía ni idea de adonde me llevaban.

Los tres estaban compinchados, reían y susurraban. Y yo les seguía esperando ver donde acabábamos.

Me llevaron a un sitio dobde no habíamos estado nunca....pero que resultó ser un lugar genial. Con una decoración preciosa, ambiente tranquilo, y una camarera simpatiquísima que se preocupo en todo momento porque estuviéramos bien.

Comimos de fábula! Y salimos encantados.

La tarde de relax, en casa, en familia....recibiendo muchos mimitos y abrazos.

Y así es, como un día se transforma en un día perfecto. Sintiéndote querida, viendo como tu familia ha estado preparando cada detalle y cada momento con el máximo esmero. No es el regalo, no es comer fuera, son todas las molestias que tomaron y todo lo que planearon.

Y por la tarde, mientras estaba sentada en la terraza...junto a la conejita que daba saltos a mi alrededor me preguntaba: la felicidad...será esto?