Hoy, por fin, mi marido ha empezado el curso de formación ocupacional que lleva esperando desde finales del año pasado! Los astros se han alineado, y le han llamado de un centro en el que lo hacen en horario de mañanas, cosa que permite que haciendo malabares podamos conciliar!
Así que hoy el Sr. Esposo vuelve a las aulas... y yo vuelvo... a la carrera!
Para que Alberto llegue a tiempo al curso yo me encargaré a partir de hoy mismo de llevar a los peques al cole. Y para que a su vez, yo pueda llegar a tiempo al trabajo, deberé dejarlos en acogida a las 7.45 de la mañana.
El engranaje deberá ser perfecto... pues cualquier fallo o retraso producirá una reacción en cadena: si los peques no llegan a la acogida a su hora, yo perderé el ferrocarril, no llegaré a tiempo a trabajar... y mi jefe no sentirá demasiado "feliz" con ello.
Así que ayer ya dejé preparadas las mochilas, la ropa para ponerles, mi bolsa con la fiambrera, mi ropa... Todo ello para minimizar despistes y faena matutina.
La maniobra más complicada es el desplazamiento hasta la escuela, dado que lo harán muy temprano y caminando. Ellos están acostumbrados a hacer el trayecto en coche, primero con una canguro que los llevaba, y luego con su padre. Pero ahora, lo harán conmigo... y como papá se llevará el coche para ir al curso (el centro donde debe ir está en otro municipio y la combinación en transporte público es fatal) no queda otra que desplazarnos a pie.
Así que habrá que ver, como les convenzo de levantarse a las 6.40 (en lugar de las 7.30), de vestirse a toda prisa, y de caminar la media hora larga (tres cuartos de hora a su paso) que tenemos hasta el cole.
Lo único bueno, es que no tendré que lograr que desayunen, pues lo harán en el cole, mientras esperan a que sean las 9 para entrar a clase.
El esfuerzo sólo tendremos que hacerlo durante poco más de un mes, puesto que en marzo yo daré clases por la mañana y dado que empiezan a las 9 y exijo puntualidad a mis alumnos... no puedo permitirme ni un solo retraso.
A partir de abril ya no daré clases a primera hora de la mañana, y como en marzo habré dado clases hasta las 8 de la noche... habré acumulado una bolsa de horas que podré recuperar entrando cada día a las diez de la mañana. Así, los peques podrán volver a levantarse a las 7.30, aunque seguirán teniendo que caminar hasta el cole.
Cuando papá finalice el curso en mayo, podrán volver a su rutina habitual... si más no hasta que a papi le salga un trabajo, cosa que esperamos no tarde en suceder :-)
El que algo quiere algo le cuesta, y para lograr una mejora en la calidad de vida personal y laboral de papá toda la familia deberá poner de su parte. No en vano la mejora de papá... la disfrutaremos también todos los demás!
Lograremos que el engranaje funcione? En breve lo sabremos....
Muchísimo ánimo.... Espero que en unos meses podáis ir mucho más relajados.
ResponderEliminarBesitos sobretodo a esos campeones!
Sí!!! En principio sólo son unas seis semanas! La idea es que luego yo empiece a recuperar horas.. y ellos a madrugar menos!
EliminarEso sí... la caminata... bien bien hasta finales de mayo... no se la quitan!
Un abrazo!
Madre mía que encaje de bolillos! Suena harto complicado! Pero seguro que aunque te veas superada lo consigues. Un mes pasa volando. Suerte con los cambios que se avecinan!
ResponderEliminarEncaje de bolillos es poco!!! Aunque a estas alturas... somos especialistas... Iré más superada que de costumbre, pero lo lograremos!
EliminarUn abrazo y gracias por comentar!
Super-héroes al poder!!!!
ResponderEliminarFelicidades por el curso y por tener la capacidad de aceptar y solucionar todo con naturalidad (siendo complicado) pensando en un futuro mejor para todos. Ánimo bombones
No te engañes! simplemente madres y padres...luchando contrarreloj en el día a día!
EliminarCon un poco de humor, siempre todo se lleva mejor!
Besos y abrazos