10 ene 2022

El año más raro de mi vida

 Creo que acabo de dejar atrás el año más raro de mi vida. Un año malo, un año bueno, un año lleno de cambios, sacrificios y estrés.

No diría que ha sido el peor año de mi vida, pero si que ha sido el más complejo

Lo empecé mal, traté de mejorarlo... se complicó, se complicó más.... y al final acabo con la mejor de las noticias. Sin duda un año de locura!

¿Quieres saber por qué? Pues... sigue leyendo!


El año empezó laboralmente difícil, me quedé sola sin mi referente en mi puesto de trabajo... cuando llevaba poco tiempo en la empresa. Aún no dominaba mi trabajo, ni los protocolos, ni... nada. Y me vi al frente de todo. Fue una época estresante, en la que apenas descansaba y sufría de una terrible ansiedad que me impedía dormir, descansar, desconectar...

Por si fuera poco el año empezaba con la operación de Erik planeando constantemente por encima de mi cabeza. Lo empalmé todo! Estaba obligada a rendir por encima de mis posibilidades en mi trabajo... cuando el suelo de nuevo se hacía añicos bajo mis pies. Creo que ha sido de las peores épocas de mi vida.

Y pese a todo, saqué el trabajo adelante, con el apoyo de mis dos jefas, de la administrativa encantadora, y de algunas de mis compañeras de equipo. Me hubiera gustado hacerlo perfecto, para que cuando mi referente, mi superior directa volvió a su puesto... tras pasar uno de los momentos más complicados de su vida, lo hubiera encontrado todo en orden. Pero no... no fue perfecto, y tuvo que trabajar duro para resolver muchas ñapas. Pero puse lo mejor de mi en ello, y aunque a trancas y barrancas... el trabajo salió. 

Justo al mes de que mi referente.... y amiga (que eso no lo he dicho!) se reincorporase... fui yo la que la dejé sola. Mi hijo entraba en quirófano y tomé una semana de permiso para poder acompañarle en el postoperatorio. A causa del COVID no pude estar con él en el hospital, me tocó sufrir en casa... pero al menos, pude dedicarle días enteros. Pese a la dureza de esos días... los recuerdo como buenos.... él y yo solos en casa... disfrutando de momentos únicos que atesoro en mi memoria.

Tan sólo dos meses después de operar a Erik... empezamos obras en casa.... el horror. Era algo buscado, deseado.... muy esperado... pero se estaban juntando muchas cosas y mi cabeza empezaba a tener la sensación de no poder más. Pero tuve que poder más....

Apenas llevábamos una semana de obras... cuando me incorporé a un nuevo puesto de trabajo, en otra empresa, en otra ciudad, con otras condiciones.... No fue buscado. Me llamaron, me entrevistaron, me lo ofrecieron... y dado que me quedaban pocos meses de contrato donde estaba... lo acepté. Siendo consciente de la que se venía encima... o no del todo!

Tuve que empezar en mi nuevo puesto sin tener aún una ducha operativa, sin tener una cocina, y sin tener la cabeza en su sitio. En el trabajo pensaba en como me encontraría mi casa al volver... en casa pensaba en como lo haría para adaptarme al nuevo trabajo... Todo giraba rápido a mi alrededor y yo empezaba a estar demasiado cansada.

Y entonces mi vida... se re-complicó. Apenas llevaba una semana trabajando cuando convocaron oposiciones en la entidad en la que acababa de aterrizar. Había trabajado para ellos anteriormente, es un buen lugar para trabajar... y la idea de lograr estabilidad laboral.... era un sueño... Pero claro... en mi casa reinaba el caos y mi cabeza estaba en todas partes excepto donde debía estar.

Apenas logré presentar la documentación a tiempo.... último día...a última hora. Y al principio.... pasaba el tiempo sin ser capaz de estudiar...  Pensando en hacerlo.... sin hacerlo. Estresándome por no hacer nada... pero sin hacer nada al respecto. 

Hasta que salió la fecha de examen.... el 14 de octubre. Y todo se hizo más real. Y en julio empecé a estudiar. Hice lo que creí que no sería capaz de hacer jamás. Me organicé, y le quité horas a mi familia, a mis hijos.... a quienes me prometí que nunca más les quitaría un minuto.

Llegava de trabajar y me ponía a leer.... y era Alberto quien iba a buscar a los niños a la escuela, mientras yo me quedaba leyendo... tratando de memorizar conceptos. Luego se llevaba a los peques a las extraescolares.... o a dar un paseo.... lo que fuera para que yo pudiera rascar unas dos horas diarias y pudiera ir avanzando en la materia.

Iba lenta... y tenía la sensación de que no importaba el rato que dedicase... nada se me quedaba. A mi alrededor seguía teniendo cajas por vaciar, muebles por limpiar, cortinas por lavar absolutamente empolvadas a causa de las obras.... el caos... Y yo, día tras día... llegaba a casa, me quitaba el abrigo, me sentaba delante del ordenador.... y a tratar de estudiar. Ignorando todo lo demás.

Y a lo largo de todo ese tiempo... los controles y visitas médicas de Erik se sucedían, porque pese a que todo evolucionaba, el alta médica no llegaba. Y no llegó hasta finales de julio.... cuando por fin pudimos encargarle unos tapones y tras tantos meses... pudo recuperar su autonomía y volver a ducharse solo. 

Pensé que no se podía complicar más... pero se podía.... recuerdas que queríamos re-amueblar un par de habitaciones para que los niños pudieran tener ya cada uno su espacio? Pues fuimos a una tienda de muebles y nos hicieron un diseño, nos encantó, .... y a principios de septiembre cerramos "el trato". Sólo puse una condición..... no podía venir a montar los muebles hasta que la maravillosa fecha de mi examen pasase. No podía añadir más leña al fuego... bueno... al menos no tanta más.

En septiembre, cuando los peques volvieron al cole... yo incrementé las horas de estudio. Ya no había fines de semana.... al menos no completos. Las mañanas de sábado y domingo eran para el estudio. Papá se llevaba a los peques a donde fuera... y yo estudiaba. Las tardes se las dedicaba a los peques de pleno. Y entre semana.... sólo había trabajo y estudio. Y luego rutina de cenas, lavadoras y lo más urgente que hubiera que hacer.

A mi alrededor seguían las cajas, el polvo, las sucias cortinas....y las paredes sin pintar. Yo no podía hacer más... y si mi marido tenía que estar por los niños... tampoco podía avanzar.

Los días previos al examen fueron un infierno. Me cogí días de fiesta para dar el último empujón, y pasé días enteros estudiando. Enteros. Levantándome temprano, poniéndome a estudiar, parando para comer, volviendo a estudiar y parando para cenar. No me encargué de nada. No cociné, no lavé.... no estuve con los peques... sólo estudiaba.

Mi meta... aprobar los tres exámenes, o si más no.... los dos primeros, para que me los corrigieran los tres. Quería saber que notas era capaz de sacar... Y como si suspendes un examen ya no te corrigen el siguiente... pues tenía que aprobar los dos primeros mínimo.

Llegó el día 14 de octubre y con la cabeza apunto de estallar.... me presenté. El primer examen me fue muy bien, el segundo.... en fin.... dudé tanto... fue tan confuso... que no sabía si lo habría aprobado o no. Y la tercera prueba, en fin... me pilló cansada, descolocada....y me costó centrarme. Pero al final recordé una presentación que había hecho para un curso a principios de año.... el tema de la presentación era parecido al del ejercicio a desarrollar... tiré de memoria.... desarrollé la idea y lo entregué.

Pensé que llegado ese momento volvería a retomar el blog. Pero estaba exhausta, agotada... y en un par de semanas venían los de los muebles a montar la nueva habitación de matrimonio. Tuvimos que emplearnos a fondo para vaciarla. Sudamos lo que no esta escrito. Pero al final la vaciamos a tiempo. 

Más caos.... más cajas por todas partes.... más polvo? 

Tenía ganas de escribir.... pero tenía tanto por hacer.... tantos frentes abiertos. Y sólo me apetecía una cosa... pasar tiempo con Erik y Helia. Dejé las cajas.... el polvo, las estúpidas cortinas.... y me centré en lo que más me apetecía: estar en familia.

Y en medio de ese caos.... salió la nota de los dos primeros exámenes: aprobados. 

Objetivo conseguido. Me corregirían el tercer ejercicio! Y sabría en que había fallado.

La tercera nota se hizo de esperar.... y llegó la fecha de la revisión anual de Erik. Tocaba de nuevo lanzar la moneda al aire: colesteatoma de vuelta... si o no? Más estrés? Venga, va! Que podíamos con más!

Apenas hacía unos meses que le habían dado el alta y allí estábamos de nuevo... para un nuevo "control de daños". Y el doctor nos dio la mejor noticia que siempre nos puede dar: todo en orden, sin colesteatoma a la vista!

Por fin algo de calma. Una pausa en medio de la frenética carrera anual. Dentro de seis meses habrá que volver a revisar... pero por el momento, no hay novedad.

Donde hubo novedad fue en las notas del tercer examen, cuando me llevé la gran sorpresa, pues aprobé también... y salió el orden de puestos... una vez hechos los promedios de notas... una vez tenidos en consideración los méritos presentados.... y ahí estaba yo... la número ocho empezando por arriba. Y había ocho plazas.

Tenía una mezcla de sentimientos brutal... alegría, tristeza por las compañeras que se habían quedado sin plaza, rabia.... contra un sistema injusto.... mil cosas.... Que hicieron que mi alegría quedase contenida. Tras la nota quedaba esperar a que pasase el tiempo de reclamación, de revisión de exámenes, de corrección de notas en caso necesario. 

Y finalmente.... el tiempo pasó y justo antes de Navidad, el mismísimo día 24 de diciembre, me llegó el mail que me confirmaba que la plaza era mía

Así que el año, terminó con la mejor de las noticias, la de la estabilidad laboral.

Una estabilidad largamente deseada, y a la que aún no me acabo de hacer a la idea. Y es que son tantos años de hacer el petate cada dos por tres... que me cuesta creer que ya no voy a tener que volver a buscar empleo.

Sobre todo voy a poder organizarme al fin con los niños, sin temor a quedarme sin trabajo y no poder hacer frente a los pagos de extraescolares, o sin tener que renunciar a actividades por no estar segura de mi horario laboral en unos meses, y sobre todo. voy a poder tener días libres para acompañar a Erik a sus revisiones siempre que sea necesario. Se acabó el no tener derechos a causa de la temporalidad, el no acumular nunca demasiados días para poder cogerlos en caso necesario. Ahora lo tendré todo cubierto.

Y este ha sido mi año... el año más raro de mi vida.

Que voy a hacer este nuevo año? Creo que debería limpiar esas cortinas... y colocar los trastos en su sitio... no? Y ahora que sé que cobraré todo el año... seguir arreglando las dos habitaciones que nos faltan. Ya es hora de que los peques tengan habitación propia... y sobre todo un escritorio para estudiar!

Y el blog? Bueno, todo se andará. De momento, hoy estoy aquí.




2 comentarios:

  1. Felicidades. Lo de las obras podía haber esperado. Un beso

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    1. Pues si.... el problema es que cuando nos metimos en ello, no estaba previsto ni mi cambio de empleo, ni que me presentase a oposiciones. Surgió todo cuando ya habíamos dado la paga señal y acordado fechas... así que.... nos tocó tirar adelante.
      Espero que este sea un año tranquilo, para contrarestar.
      Abrazos fuertes!

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